Así que buscábamos una casa en propiedad para poder instalarnos con un poco más de espacio, donde poder recibir a la familia y a los amigos, pero no teníamos éxito.
Hace unos meses vimos en una página web de Internet una, más que perfecta para nosotros. Su coste era muy elevado pero comenzaron a bajarle el precio hasta llegar a una cantidad que podíamos asumir, aunque con mucho esfuerzo.
Las gestiones se complicaron por distintos motivos y veíamos cómo esa gran oportunidad se desvanecía ante nuestros ojos. Así que nos pusimos a rezarle al beato Álvaro todos los días ininterrumpidamente, pidiéndole que por favor intercediese por nosotros y nos consiguiera ese nuevo hogar si veía que era lo que necesitábamos.
Finalmente todo ha salido bien y hemos podido comprarla. Todo gracias a la intercesión del Beato Álvaro. Era una operación casi imposible y hoy estamos aquí, felices en nuestra casa de familia.