Mónica, mi nieta, no está casada. Desde que se quedó embarazada he acudido a la intercesión de Guadalupe para que bautizaran al niño.
El favor me lo ha concedido: a los dos meses de nacer bautizaron al niño ya los dos meses le impusieron el escapulario. Sigo rezando a Guadalupe para que mi nieta se case.
B.G.I. (Sevilla)