El pasado 23 de enero mi hijo y yo intercambiamos felicitaciones por nuestro santo patrono; luego supe que por la tarde inició un proceso febril que fue evolucionando en pocas horas y se acompañaba de intenso dolor de cabeza y vómitos. El día 25, a última hora de la tarde, nos cuentan que está ingresado en Oviedo con un cuadro de meningitis aguda.
Días antes, mi mujer y yo estuvimos en el acto de clausura, en su fase diocesana, del proceso de canonización de Encarnita Ortega, ya que en su día fuimos admitidos como testigos; pues yo fui médico de Encarnita y gozábamos de su amistad. Puse en sus manos la situación tan grave de nuestro hijo Alfonso para que intercediera ante el Señor.
El cuadro de encéfalo-mielitis fue remitiendo muy favorablemente y hoy damos gracias a Dios y a su hija Encarnita pidiéndoles sigan ayudando en su rehabilitación.
A.A.Z.