Como consecuencia del decreto de estado de alarma, he tenido mi coche parado y con la imposibilidad de arrancarlo, pues me pilló el confinamiento en otro municipio y no podía desplazarme.
Hoy, después de que se hayan permitido los desplazamientos entre municipios, me he acercado a donde tenía mi coche y no arrancaba.
Al principio me he disgustado, pues había cambiado la batería en septiembre y no me parecía posible que una batería nueva no aguantase ni dos meses.
Entonces un amigo y vecino se ha ofrecido a cargarlo con un aparato que tiene para cargar su coche, pero después de 40 minutos no sólo seguía sin arrancar, sino que el contador del nivel de la batería marcaba rojo.
Yo tenía que volverme a mi domicilio y el vecino me ha dicho "no te preocupes, déjame las llaves, cargo un poco más y a ver si arranca". Así lo he hecho y por el camino de vuelta iba rezando a Toni para que se cargara. Cuando he llegado a casa le he contado a mi padre lo del coche, y mi padre ha llamado al vecino para decirle que dejara de cargar el coche, pues ese tipo de baterías en principio no se pueden recargar si no es con el equipo adecuado y además podría explotar por manipularla. Lo que me faltaba: no solo no arranca el coche, sino que además lo había terminado de estropear.
no solo no arranca el coche, sino que además lo había terminado de estropear.
Cuando ya había asumido que al día siguiente tenía que llamar a la grúa y llevar el coche al taller, el vecino nos ha llamado para decirnos que el coche había arrancado, que cuando lo ha desenchufado ha pensado "por probar no pasa nada, voy a ver si arranca", y ¡bingo! ha arrancado.
Yo atribuyo que es un favor, porque ya habíamos intentado arrancarlo y no funcionaba y yo entonces había empezado a encomendárselo a Toni todo el rato. Para mí es evidente que ha sido la intercesión de Toni que ha hecho que ese aparato cargue una batería que en principio no se puede cargar y al vecino se le ha ocurrido arrancarlo.
R. D. I. - España
- Rezar por intercesión de Toni Zweifel.
- Biografía. Toni: seguir la voluntad de Dios
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