Desde que murió mi madre en el año 2003, mi padre, que tiene 83 años, ha tenido varios ingresos hospitalarios ya que padece de diabetes, hipertensión, además de que fue operado de corazón y sufre una severa patología en los bronquios.
Si se producía algún ingreso como los anteriores, que habitualmente habían sido de urgencias, no sabía quién le podría atender
Soy la única hija con la que cuenta en la ciudad y, por tanto, siempre le he atendido. Por diferentes motivos profesionales, debía irme un año al extranjero, bastante lejos de mi país, a más de 12.000 km. Se lo consulté a él varias veces y me dijo que adelante, aunque yo tenía mis reparos.
Si se producía algún ingreso como los anteriores, que habitualmente habían sido de urgencias, no sabía quién le podría atender, al menos en los primeros momentos. Pero él siempre me animó a marcharme.
Me dijo: “A lo mejor ya no vuelves a verme”. Me fui compungida y, desde ese día, recé una novena diaria durante todo el año a don Eduardo Ortiz de Landázuri
El día en que me despedía, me dijo: “A lo mejor ya no vuelves a verme”. Me fui compungida y, desde ese día, recé una novena diaria durante todo el año a don Eduardo Ortiz de Landázuri, pidiéndole que cuidara de él desde el cielo, como lo hubiera hecho en la tierra, de ser su paciente. Le rogaba que no se produjera ningún percance en todo el año y menos aún un desenlace.
Ya he vuelto de mi estancia en el extranjero. Este ha sido el primer curso en que no ha padecido ningún ingreso, tras diez años seguidos de varios ingresos cada curso. Atribuyo este favor a la intercesión de don Eduardo.
N.R.C., 12 de agosto de 2015