Ciudad Guzmán, Jalisco (México). En sesión solemne del Ayuntamiento celebrada el pasado jueves 8 de mayo, el ingeniero Arturo Álvarez Ramírez fue nombrado oficialmente «Hijo Ilustre de Zapotlán el Grande». El reconocimiento, aprobado por unanimidad, rinde homenaje a su legado académico, humano y espiritual, que marcó a generaciones de estudiantes y colegas.

La ceremonia estuvo encabezada por la Presidenta Municipal, la Lic. Magali Casillas Contreras, el Pbro. Rubén Rodríguez Balderas, Presidente de la Comisión Histórica del Proceso Diocesano de Beatificación, y los 15 regidores que conforman el cabildo. Asistieron también autoridades universitarias, exalumnos, amigos y familiares del homenajeado, quien falleció en 1992, y cuya memoria ha cobrado renovada vigencia en los últimos años al estar en curso su proceso de beatificación.

Nacido en Ciudad Guzmán en 1935, Arturo Álvarez fue el menor de ocho hijos de una familia trabajadora y profundamente cristiana. Se formó como ingeniero químico en la Universidad de Guadalajara y, tras perfeccionar sus estudios en Estados Unidos, dedicó más de tres décadas a la docencia en la Facultad de Ciencias Químicas de la UdeG (Universidad de Guadalajara). Allí fue reconocido no solo como maestro exigente, sino también como mentor cercano, alegre y formador de carácter.

De Izquierda a Derecha: Pbro. Juan Pablo Wong González, Vicario de la Delegación del Opus Dei de Guadalajara; Arq. Héctor García Curiel, Coordinador General de Patrimonio de la Universidad de Guadalajara; Lic. Magali Casillas Contreras, Presidenta Municipal de Zapotlán el Grande; Pbro. Rubén Rodríguez Balderas, Presidente de la Comisión Histórica del Proceso Diocesano de Beatificación, y el Maestro Alejandro Barragán Sánchez, Diputado Local del Distrito XIX (Diecinueve)
El "Inge Arturo", como lo llamaban con cariño sus estudiantes, promovía excursiones, daba acompañamiento espiritual y fomentaba una ética profesional que trascendía el aula. Su entrega fue tal, que tras jubilarse formalmente pidió continuar dando clases sin sueldo.
Su legado académico, humano y espiritual sigue formando generaciones
Además de su labor académica, Arturo Álvarez se incorporó en 1966 al Opus Dei, desde donde realizó una intensa labor apostólica con estudiantes, obreros y campesinos. Decenas de personas atestiguan que su encuentro con Arturo las llevó a descubrir su vocación y a vivir un testimonio de fe más vivo y auténtico.

En 2021 se abrió su causa de beatificación en Guadalajara, que actualmente se encuentra en «fase romana». Más de 200 personas han testificado sobre su vida de virtudes heroicas, y se han reportado más de cien favores atribuidos a su intercesión.

Con este reconocimiento como Hijo Ilustre, Zapotlán el Grande honra no solo a un académico brillante, sino a un hombre íntegro, recordado por vivir con profundidad su vocación como maestro, creyente y ciudadano.
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