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Ejemplos de fe (VIII): Marta y María

La fe es abrir las puertas a Cristo, hospedarle en la propia casa, compartir la mesa con él, dejar que entre hasta lo más íntimo del alma. Así lo hizo la familia de Betania compuesta por Marta, María y Lázaro, de quienes se habla en este editorial.

El tiempo de una presencia (X): La música que viene de Dios, canto y música en la liturgia

La música ha tenido siempre un lugar central en la liturgia cristiana. Como el silencio, es un lenguaje que necesitamos para entrar en sintonía con la belleza de Dios, para descubrir su presencia. Caen las prisas, caen los cálculos, como siempre que se trata de amor: cantamos porque queremos tener tiempo para Dios.

La ternura de Dios (VIII): María, Madre de la misericordia

En el Magnificat, Santa María canta la misericordia, el amor alegre de Dios que viene a devolver la felicidad a un mundo entristecido. Ella es la primera Hija de la misericordia de Dios; y a la vez que Hija, es Madre del Dios de misericordia: por eso la llamamos Mater misericordiæ.

El tiempo de una presencia (IX): «Me llamarán bienaventurada», santa María en el año litúrgico

Santa María, Madre de Dios: el año inicia con la fiesta que indica el lugar especial de la Virgen en el misterio cristiano. A lo largo del año, la Iglesia recuerda a sus hijos la presencia maternal y discreta de María: junto a San José, Ella peregrina con nosotros a través de la historia.

¿Qué leer? (II): Quedarse con lo mejor

Segunda parte del editorial sobre el reto de leer. El diálogo con los libros y con los otros lectores potencia la experiencia de la lectura: descubre horizontes, ahorra desencantos, y optimiza nuestro tiempo para leer, que siempre es poco.

¿Qué leer? (I): Nuestro mapa del mundo

Leer, como escuchar, es un valor esencial para ensanchar nuestro horizonte, de por sí limitado; para madurar nuestras perspectivas; para comprender la complejidad y, a la vez, la simplicidad de lo real. Leer para crecer, sin ahogarse en la marea de los libros: se aborda este reto en un editorial, en dos entregas.

La ternura de Dios (VII): Devuélveme la alegría de tu salvación

Para poder dar misericordia, necesitamos recibirla de Dios: mostrarle nuestras heridas, dejarnos curar, dejarnos querer. En un mundo «a menudo duro con el pecador e indulgente con el pecado», el salmo miserere –ten misericordia de mí– es la gran oración del perdón que libera el alma, que nos devuelve la alegría de estar en la casa del Padre.

La ternura de Dios (VI): Una serena atención: las obras de misericordia espirituales

Las obras de misericordia espirituales atienden al hambre y a la sed, a la desnudez y al desamparo, a la enfermedad y a la cautividad que experimenta, en tantas formas diversas, el corazón humano.

La ternura de Dios (V): “A mí me lo hicisteis”: las obras de misericordia corporales

Este editorial trata de las obras de misericordia corporales, que sugirió Jesucristo. Un cristiano no puede desentenderse de las necesidades de los demás, también de los desconocidos, porque en ellos es Cristo quien nos reclama ayuda.

El tiempo de una presencia (VII): Las Fiestas del Señor durante el tiempo ordinario (I)

En este primer editorial dedicado a las fiestas del Señor que la Iglesia nos presenta a lo largo del Tiempo Ordinario, recogemos algunas consideraciones de cuatro de ellas: La Presentación, la Anunciación del Señor, la Santísima Trinidad y el Corpus Christi.