Ser fermento
Durante un viaje a Japón, en 1987, Mons. del Portillo habló sobre la misión específica de los laicos.
Álvaro del Portillo. Una referencia para nuestro tiempo
Mons. Jaume Pujol, Arzobispo de Tarragona, ha impartido la conferencia: “Álvaro del Portillo: una referencia para nuestro tiempo” el pasado miércoles 30 de abril a las 19,15 h. El acto tuvo lugar en el Auditorio del Centro Social Fundación Novacaixagalicia de Vigo.
Hombres y mujeres humildes
"Para cumplir el deber divino, pensadlo bien -escribe Álvaro del Portillo al comentar la escena de la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel-, no suponen obstáculo nuestras limitaciones, con las que el Señor ya cuenta; basta la humildad, porque Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes".
Amar a la Iglesia, servirla como Ella quiere ser servida
Álvaro del Portillo plantea unas preguntas para aumentar el amor y el servicio a la Iglesia.
José Luis Múzquiz: el proceso de canonización avanza
El 22 de mayo, el cardenal Seán O'Malley, de Boston, presidió la clausura de la fase diocesana del proceso de Canonización de don José Luis Múzquiz. Este vídeo resume ese acontecimiento.
Oír a Dios
"Allá, en lo más recóndito del alma de cada uno, Dios está hablando", afirma Mons. Álvaro del Portillo.
Montse: con la fuerza de la juventud
Montse Grases fue una muchacha que percibió, en plena juventud, la llamada de Dios a servirle en la vida ordinaria. Transmitió a sus amigos y parientes la paz de la cercanía a Dios, manifestada con ejemplaridad a raíz de la dura enfermedad que le produjo la muerte.
100 años de Dora: la felicidad del mundo empieza en casa
Dora del Hoyo nació en 1914. Con motivo del centenario de esa fecha, se ha celebrado en Boca del Huérgano, su pueblo natal, un acto conmemorativo. Dora dedicó su vida a cuidar de su familia.
Los hijos, don de Dios
En 1983, don Álvaro viajó a Estados Unidos. Durante un encuentro con familias, recordó que cada hijo es un regalo de Dios.
Pedir a la Virgen por la Iglesia
“Supliquemos a Nuestra Señora -pide don Álvaro- que sean muchas, muchísimas, las almas que entren en la Iglesia Santa, o que a Ella vuelvan si se habían alejado.”