XV torneo de fútbol-sala en Bélgica

El Club juvenil Narval ha ganado la XV edición del tradicional triangular de fútbol-sala que disputan todos los años equipos de Alemania, Bélgica y Holanda.

Clubes juveniles de Alemania, Bélgica y Holanda, vinculados al Opus Dei, han disputado en noviembre un triangular de fútbol-sala. Este año, el Club juvenil Narval de Bruselas lo ha ganado todo. En la categoría de 9 a 11 años venció en la final al club Lariks de Amsterdam; y en la de 12 a 13 años, al equipo alemán Go.

Thomas, un monitor del club Middelheim de Amberes, explica el fin de esta iniciativa: “Queremos ofrecer a los jóvenes la posibilidad de crecer personalmente y de desarrollar su capacidad social. Un evento deportivo es también una oportunidad excelente para descubrir los valores nobles del deporte. Además, jugar un torneo internacional, con equipos de otros países, automáticamente abre horizontes”.

También Raphaël, entrenador de Narval, se muestra satisfecho: “Aunque los jugadores sean de distintos países, este torneo ha demostrado una vez más que el deporte une y enseña a los chicos valores como el esfuerzo, el compañerismo y la solidaridad. Yo he intentado transmitir a mis jugadores este mensaje: participar es más importante que ganar, pero perder, cuando se puede ganar, no es leal”. En este sentido, sus jugadores demostraron una gran dosis de lealtad, ya que no dieron opción a sus rivales. El club Narval ofreció un festival de fútbol y se quedó a pocos goles de batir el record del torneo. Se explica el entusiasmo del padre de Pierre, un joven futbolista de Narval: “Han jugado maravillosamente. A esta edad lo más difícil es realizar un juego ordenado, sobre todo en ataque. Hemos visto jugadas de ataque rapidísimas que acababan en gol y pocas veces el juego era arbitrario. Narval ha ofrecido un festival de fútbol y de goles”.

El equipo belga, además de haber preparado con tiempo el torneo, contó con la ventaja de jugar en casa; se vio arropado en todo momento por un numeroso público formado por familiares y amigos de los jugadores. En la entrega de premios se repartieron medallas de oro, plata y bronce a todos los participantes. Las copas, que habían sido objeto de las miradas soñadoras de los jugadores durante el fin de semana, fueron entregadas por los patrocinadores. Para los jugadores del Narval y para sus 250 seguidores que estaban presentes en la premiación, levantar la copa del ganador era como un sueño. Después, tuvo lugar una comida con todos los participantes y sus familias.

Durante los días que duró el torneo se han impartido clases de formación humana y cristiana. En ellas se abordaron temas como el orden, la amistad y el optimismo propio de un hijo de Dios. “El deporte y la diversión de nuestros hijos pueden combinarse con una vida cristiana normal, con una fe vivida con gran naturalidad”, declara la madre de Filip, uno de los jugadores belgas. En el mismo sentido se pronunció mons. Luc Van Looy, obispo de Gante, durante la Misa que tuvo lugar el domingo por la mañana en la iglesia María Auxilio de los Cristianos. En tres idiomas -neerlandés, francés y alemán-, el obispo se dirigió a los participantes para animarles a que se abrieran a Dios. “Podemos ser testigos de nuestra fe si tenemos un buen trato con Dios. Hemos de ser conscientes de quién es Dios, pero es igualmente importante que permitamos a Dios ser Dios en nuestra vida. Es en la Eucaristía, en Cristo, donde encontramos a Dios, donde sacamos la fuerza para ser testigos suyos y llevarlo a la sociedad”. Al acabar la ceremonia, el obispo quiso dar un consejo a los jóvenes deportistas: “Ganar es un arte, pero perder también lo es, sobre todo cuando alguien te gana pegando patadas. Por lo tanto, además de hacer todo lo posible por ganar, no olvidéis que hay que perdonad siempre”.

La XVI edición del torneo se celebrará el próximo año en Holanda.

Clubes juveniles como Narval, Lariks, Middelheim y Go, entre otros, tienen como objetivo principal la formación humana y espiritual de chicos jóvenes. La atención espiritual de estos centros está encomendada a la Prelatura del Opus Dei.