Navidad: alegrar a los “pobres de alegría”

Benedicto XVI ha animado a los cristianos a compartir su alegría por la Navidad ya próxima con quienes carecen de ella: los que sufren las guerras, los enfermos y los jóvenes desorientados, entre otros.

'La invitación a la alegría es un llamamiento a un rescate que parte de la renovación interior'.

La Iglesia anima a los cristianos a prepararse para la Navidad. Benedicto XVI dijo ayer en su discurso de los domingos que en estos días “la liturgia nos invita a la alegría del espíritu”.

“La alegría que despierta la liturgia en el corazón de los cristianos no está reservada solamente a ellos: es un anuncio profético destinado a toda la humanidad, en particular, a los más pobres, en este caso, a los más pobres de alegría”.

“Nuestros hermanos y hermanas en Oriente Medio, en algunas zonas de África y en otras partes del mundo que viven el drama de la guerra: ¿qué alegría pueden vivir? ¿Cómo será su Navidad?”.

Benedicto XVI recordó también a los “tantos enfermos y personas solas que, además de sufrir físicamente, sufren en sus sentimientos porque a veces se sienten abandonados: ¿cómo compartir con ellos la alegría sin faltarles al respeto por su sufrimiento?”.

“Pensemos también en aquellos, sobre todo en los jóvenes, que han perdido el sentido de la alegría verdadera, y la buscan en vano allí donde es imposible encontrarla: en la carrera exasperada hacia la afirmación de sí mismo y el éxito, en el consumismo, en los momentos de embriaguez, en los paraísos artificiales de la droga y de cualquier otra forma de alienación”.

ANTE TODO, RENOVACIÓN INTERIOR

“No podemos dejar de confrontar la liturgia de hoy y su invitación –“¡Alegraos!”- con estas dramáticas realidades”.

'Pedid a Jesús ante el belén por las intenciones del Papa'.

“La Palabra del Señor se dirige precisamente a quien se encuentra en la prueba, a los "heridos de la vida y huérfanos de alegría". La invitación a la alegría no es un mensaje alienante, ni un paliativo estéril, sino al contrario, una profecía de salvación, un llamamiento a un rescate que parte de la renovación interior”.

A continuación, el Papa se dirigió a los niños que, acompañados por sus familias, habían llevado a la Plaza sus figurillas del Niño Jesús, que pondrán en los belenes de sus casas, de las escuelas y de las parroquias.

El Santo Padre bendijo las imágenes y dijo a los niños: "Pedid a Jesús ante el belén por las intenciones del Papa. ¡Os doy las gracias y os deseo una feliz Navidad!".