Santiago de Chile, 7 de julio de 1974. San Josemaría habla sobre las santas mujeres que aparecen en el Evangelio:
"Hay una mujer, hijas mías, a la que amamos todos mucho, que es la Madre de Jesús que es Madre nuestra, nuestra Reina y Nuestra Señora, que casi no aparece en el Evangelio. En el Evangelio aparecen muchas mujeres y todas son encantadoras: aparece la cananea, con su tozudez, aparecen Marta y María, que saben acoger al Señor, aparece la madre de Juan y Santiago, que como todas las mamás, quiere para sus hijos lo mejor. Aparecen... ¿seguimos?
Hijas mías, yo no he visto a ninguna mujer prevaricadora, no he visto ninguna mujer que niegue a Jesús. Cuando los hombres se escapan, cuando los hombres son cobardes, ellas son valientes: al pie de la Cruz, están las mujeres.
Yo querría deciros que confío mucho en las mujeres, confío mucho en vosotras; tengo un cariño enorme a las hijas mías".
"Total, que mis esperanzas las pongo en el Señor y en vuestro trabajo, en vuestra entrega, en vuestra generosidad, en vuestro amor de Dios. Y para esto, sed piadosas, tened vida interior".