La ceremonia fue presidida por el cardenal, Antonio Mª Rouco, Arzobispo Emérito de Madrid, y concelebrada por ocho sacerdotes, entre ellos Mons. Herrando, Vicario del Opus Dei en España, y Pedro Álvarez de Toledo, Vicario delegado de Madrid Oeste, además de Javier Láinez, rector de la Basílica.
En su homilía, el cardenal Rouco destacó “la actualidad del mensaje de san Josemaría, elegido para impulsar un camino que lleva a Dios, que destaca la llamada universal a la santidad y al apostolado”. El arzobispo emérito animó a “vivir el trabajo, la familia, la cultura, la economía, todos los ámbitos como lugar de santificación, a ejemplo de san Josemaría”.
Numerosos fieles y devotos de san Josemaría llenaron por completo el templo y disfrutaron de la interpretación ofrecida por los coros “Ciudad de Guadalajara” y Grupo Vocal Kromática, dirigidos por Mercedes Padilla, que dirigió la Orquesta Sinfónica del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
La vinculación de la Basílica a san Josemaría es antigua, porque en ese lugar celebró su primera Misa en Madrid el 20 de abril de 1927, y continuó celebrando en esta iglesia a diario hasta que en junio de ese año fue nombrado capellán del Patronato de Enfermos.
La Misa Polifónica compuesta por el profesor Miguel del Barco, para voces mixtas y órgano, contiene las partes fijas de la Santa Misa: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei. La Antífona de Entrada, Aleluya y Antífona de Comunión son de la Memoria litúrgica de san Josemaría.
Una vida dedicada a la música
El compositor Miguel del Barco es Catedrático de Órgano y desde 1975 ha ocupado la Cátedra del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, centro del que ha sido Director durante veinticinco años. Ha sido Presidente de la Asociación Española de Centros Superiores de Enseñanzas Artísticas y Académico de número de Real Academia de Extremadura. Es Premio Nacional del Disco del Ministerio de Cultura, y entre otros reconocimientos ha recibido la Medalla de Oro del Real Conservatorio de Madrid.
La Misa estrenada este martes es fruto en buena parte de la admiración y afecto de Miguel del Barco hacia san Josemaría, del que destacó “su extraordinaria y providencial labor evangélica que tan beneficiosa ha sido y sigue siendo en el seno de la Iglesia Católica y en el campo de la educación. No lo conocí en vida, pero sí su obra y sus frutos”.
Tras el estreno, su compositor destacó que lo más importante de la Misa son, sin duda, los motivos en los que se basa, que son los del canto gregoriano, “acabado modelo de la música religiosa” y los motivos religiosos de la lírica popular de Extremadura.
Del Barco expresó que uno de los objetivos de su vida profesional ha sido el de “conseguir que los centros de educación musical y sus titulaciones tuvieran el reconocimiento adecuado a su alta significación”. En este sentido, y ante la capacidad pedagógica de la música, pidió a las autoridades “la promoción de los estudios musicales y la música”.
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