Orihuela es la capital histórica de la diócesis de Orihuela-Alicante. Allí hace su entrada el Obispo a lomos de una mula tras su elección, como marca la tradición desde el siglo XVI. Y una de sus iglesias principales es el monasterio de San Sebastián, Bien de Relevancia Local, que acoge a las madres agustinas, donde es frecuente que acuda gente a rezar o a asistir a misa debido a su céntrica ubicación en la ciudad.
Hace poco más de un año que un grupo de personas, asiduas de esta iglesia, tuvieron la idea de dedicar una de sus capillas a san Josemaría, instalando en ella una escultura del santo. Lo plantearon a las madres agustinas que acogieron encantadas la idea. Desde entonces han dado todo tipo de facilidades para el desarrollo del proyecto, de modo que tan solo un año después la imagen ya se puede venerar en un capilla ubicada en un lateral de la iglesia, que junto con la imagen fue bendecida por D. Ignacio Mora-Figueroa, vicario de la delegación del Opus Dei en Aragón y Levante.
La escultura ha sido realizada por primera vez con tecnología digital e impresión en 3D, por el artista Cristóbal Aparicio Barragán. Se ha hecho todo el modelado por ordenador y se ha impreso utilizando distintos tipos de resinas, con un tratamiento final a manos del artista, que le ha otorgado un aspecto de bronce.
Para centrar la atención y evitar todo lo superfluo, se ha buscado la sencillez colocando la imagen en un retablo de roble europeo con ligeros adornos de pan de oro.
Además, en un lateral de la capilla se ha colocado una reliquia de San Josemaría para la veneración de quienes lo deseen.
La tenacidad de los impulsores del proyecto y la generosidad del artista y de muchos feligreses de la Vega Baja, han hecho posible la culminación de esta idea, para dar la mejor acogida a este “nuevo vecino”, que ya pasó por Orihuela el 4 de abril de 1945, pero que desde ahora tiene allí residencia fija.
La fe de las gentes de la Vega Baja del Segura se ha vuelto a poner de manifiesto al sacar adelante este proyecto en tiempo récord.