Al volante de un santo

Javier Cotelo, el arquitecto que condujo durante 23 años el coche en el que llevaba a san Josemaría, recoge sus recuerdos en un libro.

Descarga las primeras páginas del primer capítulo de Al volante de un santo. Mis años en coche junto a san Josemaría.

Ediciones Rialp. Al volante de un santo. Mis años en coche junto a san Josemaría (formato eBook y en papel)

Portada del libro 'Al volante de un santo. Mis años en coche junto a san Josemaría'


El autor, nacido en 1932, estudió Arquitectura en Madrid, pidió la admisión en el Opus Dei con 19 años y trabajó en el estudio de arquitectos que proyectó la sede central del Opus Dei en Roma, y diversos edificios más. Allí pudo tratar de cerca a san Josemaría en un contexto bastante único: el coche en el que se desplazaba tanto en la ciudad como en sus frecuentes viajes por Europa. Actualmente vive en Roma.

“La novedad de este libro —explica— está en que efectivamente son cosas nuevas, no publicadas antes, porque solamente las he vivido yo acompañando a un santo, que tenía los pies en la tierra y la cabeza en el Cielo”.

Durante las obras de Cavabianca, junto a Jesús Álvarez Gazapo y san Josemaría

“Las biografías de san Josemaría y las películas de sus tertulias —continúa— lo dan a conocer muy bien. En este libro cuento lo que viví junto a él y a sus inmediatos sucesores llevándolos en coche y trabajando a su lado. No he pretendido escribir una biografía; sino recoger algunas de las anécdotas que he contado en tertulias con gente deseosa de conocer cómo era este santo en su vida ordinaria. He pretendido darle ese mismo aire informal de las tertulias, añadiendo dibujos alusivos al contenido y un cuadernillo de fotos”.

“A través de estos episodios —concluye—, se descubre sobre todo su corazón enamorado de Dios y su cariño por todos y por cada uno de los que encontraba en su camino. Era un verdadero Padre, afectuoso y fuerte, amigo de la libertad y del buen humor, que repartía doctrina y alegría a manos llenas”.

"Una vez, Adolfo Isoardi, uno de los primeros argentinos que fueron a Roma, deseaba enviar una fotografía a sus padres. El fundador le sugirió que se la hiciese conmigo, para que a su madre le pareciese, por contraste, que había engordado. Nos hicimos la foto en el Vicolo degli Archi y sus padres quedaron muy satisfechos".

San Josemaría preparó la expansión del Opus Dei por toda Europa visitando a los obispos y llenando las carreteras “de avemarías y de canciones”, como solía decir. Esos viajes, como tantos otros que realizó para visitar y alentar a los que comenzaban en esos países, o para descansar unos días durante el verano, solía realizarlos en coche.

El autor, arquitecto y fotógrafo aprovechaba esos momentos también para tomar imágenes de soluciones arquitectónicas que luego se aplicaban en los edificios que proyectaban. Relata ahora sus recuerdos, hasta ahora inéditos, que ponen de manifiesto la dimensión más afectuosa y familiar del fundador del Opus Dei.

Una de las ilustraciones del libro de Javier Cotelo.