Entrevista a Mons. Mariano Fazio, vicario del Opus Dei en Argentina

Reproducimos la entrevista a Mons. Fazio publicada en el semanario católico Observador Semanal. La nota se publicó en dos partes. Ambas se pueden descargar en .pdf en su formato original.

Monseñor Mariano Fazio (52) es profesor de Historia, doctor en Filosofía, ex Rector de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, autor de numerosos libros y actual vicario general de la Prelatura del Opus Dei en la Argentina. En ocasión de su reciente visita al Paraguay, pudimos abordar con él aspectos de su conferencia denominada “Cooperadores de la Verdad. El antídoto de Benedicto XVI contra la dictadura del relativismo”, título que también lleva su último libro editado por Ediciones Logos.

Entre otras cosas, Fazio sostiene que el relativismo es una doctrina en la que no hay verdad objetiva sino que todo depende de las opiniones, todo depende de las circunstancias. "Toda corriente cultural siempre tiene algún elemento de verdad, entonces lo verdadero del relativismo es que casi todo es relativo, pero la diferencia está en ese casi. Todo lo que se refiere a la dignidad de la persona, eso no es relativo, no es opinable, tenemos que dar la vida, incluso, para defender la dignidad de la persona. Eso implica la defensa de la vida, la defensa de la familia, la defensa de los derechos de los padres en la educación de los hijos, la libertad religiosa, el poder profesar públicamente la fe, la fe católica y cualquier otra fe digna de la persona humana; eso no es relativo sino que son valores que, como dice el Papa, no son negociables", afirma el vicario argentino.

¿Cómo define el relativismo?

- El relativismo es como una enfermedad cultural de Occidente. Según esta postura no hay verdad o error, bien o mal, objetivos. "Todo es relativo", lo cual ya es una contradicción porque esta premisa es absoluta y no relativa.

¿De dónde viene esta postura tan extendida en la actualidad?

- En los últimos siglos, hemos tenido varias corrientes de "pensamiento fuerte": liberalismo, marxismo, nazismo… autoproclamados dueños de la verdad sobre el hombre. A lo largo de la historia, prometieron felicidad en la tierra, pero nos dieron guerras mundiales, odios raciales, los Gulags, etc. La reacción a las aplicaciones prácticas de este pensamiento fuerte ha sido de un gran desencanto. Entonces, surge la propuesta del italiano Gianni Vattimo y otros posmodernos acerca de la necesidad de desarrollar un " pensamiento débil ". De allí cobra fuerza el relativismo.

¿Cómo se entiende el pensamiento débil?

- El mismo Gianni Vattimo lo expresaba así: " Frente a una lógica férrea y unívoca, necesidad de dar libre curso a la interpretación; frente a una política monolítica y vertical del partido, necesidad de apoyar a los movimientos sociales trasversales; frente a la soberbia de la vanguardia artística, recuperación de un arte popular y plural; frente a una Europa etnocéntrica, una visión mundial de las culturas ".

Entonces, en realidad, " no hay verdad absoluta ", cada uno tiene su verdad. Se habla del valor de la tolerancia con aceptación total de todas las verdades " chiquitas ". Que cada uno haga y crea lo que quiere, siempre que nos respetemos entre todos.

Afiche en una de las presentaciones de 'Cooperadores de la verdad'

Pero, esta forma de pensar parece hasta saludable para la vida social ¿dónde radica entonces el problema?

- Es que algo de verdad tienen, por eso tienen seguidores. ¿Cuál es la verdad de los relativistas? Que " casi todo es relativo ". Esto sí es verdad pero es muy diferente de decir que " todo es relativo ", esto es falso.

Si tuviéramos que definir algunas verdades innegociables, que no son relativas, ¿cuáles serían?

- Dice el Papa Benedicto XVI que se puede hablar de un núcleo de verdad innegociable que hacen a principios innegociables: 1) El respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural; 2) El respeto a la familia basada en la unión estable del hombre y la mujer; 3) Los padres como los primeros y esenciales, irremplazables educadores de sus hijos; y, 4) La necesidad de contar siempre con libertad religiosa.

Pero, ¿existen cosas opinables o no?

- Muchas cosas son opinables pero no todas las opiniones son igual de válidas. Justamente, el fundamentalismo consiste en tomar algo opinable para convertirlo en dogma. Los fundamentalistas dicen: "Nada es relativo". Esto es falso. Ej.: Algunas sectas cristianas de EEUU que dicen que Dios creó al hombre en 6 días de 24 horas. Una tontería.

¿Por qué el Papa habla de la dictadura del relativismo? ¿Dónde surgió esta idea tan asociada a su persona y en qué consiste?

- Benedicto XVI denunció la Dictadura del Relativismo como decano cardenalicio en la misa anterior a la elección Papal, luego de la muerte de Juan Pablo II. Siguiendo sus enseñanzas, podemos señalar entre las características de esta dictadura: a) Un antropocentrismo subjetivista o subjetivismo antropocéntrico en el que cada persona define hoy el bien y el mal, la verdad y el error. El hombre es la medida de todo. Existe una idea de Dios pero es interiorista, no juega nada en la realidad; b) Una pérdida de noción de la naturaleza humana , cuyo dinamismo de nuestra naturaleza ayuda a la perfección. Al negarla, todo se desvanece. Y como frutos de esta pérdida de noción de la naturaleza humana tenemos: la Ideología de género, en la que el hombre pretende construirse y deconstruirse a su antojo en la sexualidad. En Argentina se aprobó hace unas semanas la Ley de identidad de género que incluye 5 identidades reconocidas ante la ley: 2 heterosexuales, 2 homosexuales y la transexual. También podemos citar el fruto de la manipulación genética y la extendida mentalidad abortista; c) Una pérdida de confianza en la capacidad de alcanzar la verdad. Es notable que el Escudo Episcopal del entonces recién nombrado Obispo de Múnich, antiguo profesor de la Universidad, Joseph Ratzinger era: "Cooperadores de la verdad". Cuando lo sorprendieron con el cargo dijo que trataría de seguir a la verdad. Parece demasiado grande, pero si no existe, todo se pierde.

¿ Por qué se habla de una ruptura entre fe y razón? ¿Es ésto verdadero?

Se puede decir que después de la Edad Media se fue ahondando la oposición teórica entre razón y fe. Los cientificistas afirman que las únicas verdades son las demostrables científicamente; pero, traspasan así el límite de su ámbito y sacan conclusiones teológicas que no les corresponde. Por ejemplo, Stephen Hopkins dijo hace poco que " ", pero esta es una opinión personal como la de cualquier otro. No se puede decir que sea una conclusión científica inapelable.

Muchos acusan a la Iglesia de fomentar el fideísmo en contra de la razón. ¿Es así?

Firmando una copia de su libro

De ninguna manera, muy por el contrario, la propuesta tanto de Juan Pablo II en sus numerosas encíclicas, sobre todo en " Fides et ratio ", y, sobre todo, Benedicto XVI, han insistido en la necesidad de establecer un nuevo diálogo entre fe y razón. El relativismo es la ideología del presente y se apoya precisamente en un antropocentrismo subjetivista que no excluye a Dios, pero sí lo relega; en la pérdida de la noción de la naturaleza humana y en liberar la libertad (a los antojos subjetivos). La fe y la razón pueden poner freno a esta dictadura del relativismo.

Algunos malinterpretaron la ponencia del Papa en la Universidad de Ratisbona. ¿Qué postura tiene realmente el papado sobre la fe y la razón?

Lo que ocurrió en Ratisbona fue un problema de mala interpretación y de mala comunicación. El tema tratado en la Universidad por el Papa tenía el mensaje de que la fe sin razón es fundamentalismo. Y esto es verdad. Por ejemplo: el literalismo bíblico de algunas sectas indican que el mundo se creó en 6 días de 24 horas, lo cual es absurdo. Sin embargo, la fe es razonable, no es un absurdo. Por ejemplo, el logos, el verbo está identificado con la razón. Dios es inteligencia, además de ser amor, belleza y verdad.

La razón sin la fe es racionalismo. Gracias a la revelación, por ejemplo, a través de los 10 mandamientos, el hombre de fe ya sabe lo que otro que no tiene fe debe descubrir por el uso de su razón en un esfuerzo mayor. La fe le da sentido a la existencia. Los Papas de fines del siglo XIX defendían la fe frente al racionalismo; mientras que los grandes Papas del siglo XX en adelante defienden la razón más que otros intelectuales frente a un mundo que la reduce.

En su opinión, ¿a qué se debe esa insistencia en este punto relativo a la racionalidad de la fe por parte de la Iglesia?

La fe y la razón se necesitan mutuamente. Una fe sin la luz de la razón corre el peligro de derivar en el fundamentalismo, o de recluirse en lo íntimo de la conciencia subjetiva, sin alcanzar la realidad. Una razón abocada únicamente a los resultados del método empírico-matemático no podrá dar respuestas a la pregunta sobre el sentido de la existencia humana, y se auto excluye de los ámbitos éticos y religiosos, dejados a la consideración subjetivista del individuo. La armonía fe y razón podrá devolver al hombre su confianza en conocer la verdad sobre él mismo, sobre Dios y sobre el mundo. He aquí el principal antídoto contra el relativismo.

¿Qué consecuencias sociales tiene esta relación más armoniosa entre fe y razón?

La armonía fe y razón podrá devolver al hombre su confianza en conocer la verdad sobre él mismo
Es razonable y necesario defender la vida, la familia, el rol de los padres en la educación de sus hijos, la libertad religiosa. Son principios naturales que hacen a la sana laicidad. La Iglesia toma partido en estos temas no por hacer política, ni siquiera por hacer campaña religiosa, sino por defender al hombre racionalmente de su propia voracidad. Por otra parte, la razón del poder y del hacer ¿es ya toda la razón? Si el progreso, para ser progreso, necesita el crecimiento moral de la humanidad, entonces la razón del poder y del hacer debe ser integrada con la misma urgencia mediante la apertura de la razón a las fuerzas salvadoras de la fe, al discernimiento entre el bien y el mal. Sólo de este modo se convierte en una razón realmente humana. Sólo se vuelve humana si es capaz de indicar el camino a la voluntad y esto sólo lo puede hacer si mira más allá de sí misma. En caso contrario, la situación del hombre, en el desequilibrio entre la capacidad material, por un lado, y la falta de juicio del corazón, por otro, se convierte en una amenaza para sí mismo y para la creación.

Pero algunos laicistas insisten en que la Iglesia no tiene nada que aportar en el mundo secular, mientras que otros creen que la Iglesia debe estar en todo. ¿Cuál es el justo medio?

Ante el clericalismo y el laicismo radical, Cristo mismo tiene la respuesta: " Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios ". Por suerte hay muchos gobernantes, como pastores de la Iglesia que entienden esto muy bien. El mismo Sarkosy, hasta hace poco presidente de la Francia laicista, dijo que el gobierno francés es laico, pero que reconocía el rol de la Iglesia como guía moral de los franceses y que ambas instituciones deben cooperar. El Obispo de Chiapas, Méjico, también dijo una gran verdad ante el estado laicista de su país: Estas dos posturas se armonizan.

Le agradecemos mucho sus respuestas. ¿Algún mensaje final para nuestros lectores?

Me gustaría recordar que uno de los grandes desafíos de este tiempo para los cristianos es aprender a amar en la verdad. Por algo Juan Pablo II dijo alguna vez que sus dos frases favoritas tienen relación con la verdad y corresponden una a la biblia y otra al lema episcopal del entonces Cardenal Ratzinger: " La verdad os hará libres" y "Cooperadores de la verdad ". ¡Tengámoslo en cuenta! .

//Observador Semanal