En el mes de febrero se enfermó mi hija de 4 años. Fuimos al pediatra tres veces pero ningún medicamento le curaba la tos. Tosía tres horas seguidas por las noches. Una madrugada, ya desesperada, tomé una estampa de san Josemaría y se la pasé por el cuerpo. Le pedí con todo mi corazón a san Josemaría que se le pasara.
Después la volví a llevar al médico, rezando antes la oración de san Josemaría. Al tercer día mi hija estaba recuperada. Doy gracias infinitas a san Josemaría. Mi familia y yo le tenemos mucha fe.
México.