El sábado 22 de noviembre, 18 miembros del Opus Dei recibieron la ordenación diaconal de manos de Mons. Stephen Lee Bun-Sang, obispo de Macao, en la basílica de San Eugenio, en Roma. Te invitamos a unirte a la oración y a la acción de gracias por estos nuevos diáconos.
Mons. Stephen Lee: “Como ha dicho el papa León XIV, Jesús os llama, ante todo, a tener una experiencia de amistad con él”
En su homilía, Mons. Lee ilustró las palabras de Jesús “os he llamado amigos” (Jn 15,15), recordando a los nuevos diáconos que la amistad con Jesús “afectará a todos los aspectos de vuestra vida” y que “todo debe ser tomado y transformado, como el grano de trigo en el Evangelio.”
A continuación, el obispo consagrante recordó a los recién ordenados que la Iglesia, “nuestra Madre os confía el poder de predicar la Palabra de Dios con autoridad, de distribuir el Cuerpo de Cristo en la Sagrada Comunión y de realizar obras de caridad en nombre del mismo Señor. Todos debemos tener presente, y recordar a nuestros hermanos y hermanas, lo que nos enseña la liturgia de hoy: en la bondad de Nuestro Señor, la misericordia y la ley están entrelazadas”.
Les exhortó a explicar en su nueva misión “las grandes verdades de nuestra fe, esperanza y amor, especialmente la esperanza, de manera positiva”, pues “este es un servicio de gran importancia en el mundo actual, porque hay una gran tendencia en las almas mundanas —como escribió san Josemaría— a olvidar la misericordia, el amor y la esperanza del Señor”.
Citando a León XIV, el obispo de Macao, señaló que en la amistad con Cristo “podrás «convertirte en un hombre alegre y un sacerdote alegre, un «puente», no un obstáculo para aquellos que acuden a ti para llegar a Cristo”.
Finalmente felicitó a los familiares y amigos de los nuevos diáconos, tomando la ocasión para pedirles oración y ayuda para quienes han iniciado este camino del sacerdocio.
Mons. Ocáriz: “Con vuestra cercanía y vuestras oraciones habéis sido parte de la Providencia de Dios”
Al concluir la ceremonia, Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei y ordinario de los nuevos diáconos, dio las gracias al obispo consagrante y felicitó a los ordenandos y a sus familiares, a los que animó a continuar rezando por ellos: “Quisiera felicitarles y unirme a la alegría de toda la Iglesia por esta ordenación diaconal. Agradecemos al Señor porque sigue enviando obreros a su mies. Vosotros, diáconos, estáis llamados a una caridad pastoral especial”.
Y continuó: “Agradezco a los padres, hermanos, familiares y amigos de los nuevos diáconos: con vuestra cercanía y vuestras oraciones habéis sido parte de la Providencia de Dios para hacer posible su respuesta a la llamada del Señor. continuad rezando por ellos y acompañándolos con vuestro cariño.
Recordamos hoy, de modo especial, a san Josemaría; le pedimos su intercesión por todos los presentes y a todos los que se han unido a nosotros en el día de hoy”.
Los 18 nuevos diáconos provienen de Argentina, Brasil, Camerún, Chile, Colombia, España, Filipinas, Guatemala, Italia, Kenia, Nigeria y Venezuela, y son: José María Álvarez de Toledo Martín de Peralta, Joseph Michael Nicolas Arbilo, Tobechukwu Ugochukwu Attoh, Alfonso Carlos Aza Jácome, Pablo Bistué Muñoz, Alfonso Cabrera Salinas, Pedro José de León Chávez, Francisco de Paula Febres-Cordero Carrillo, Josimar Pereira Freitas, Juan Martín Gismondi, José Tomás Larraín Correa, Anthony Oluchukwu Momah, Peter Leonard Otieno Ndeda, Charles Ejike Ozoene, David Serrano Ariza, Federico Angelo Carlo Skodler, Víctor Torre de Silva Valera, Augustine Onyekachi Ufoegbune.
En este enlace puede verse la retransmisión en streaming que ofreció la basílica de San Eugenio. Aquí se puede descargar el folleto con los textos de la ceremonia.
Conoce a algunos de los diáconos
Anthony Momah, de Nigeria, tiene 34 años y, después de estudiar química se dedicó a la coordinación de programas en el Instituto de Tecnología Industrial (IIT), un proyecto destinado a la adquisición de habilidades técnicas para jóvenes que han completado la educación secundaria. Ha colaborado en proyectos de ONG orientados a prestar servicios sociales en comunidades rurales en desarrollo. En 2019, comenzó sus estudios teológicos. Afirma que, como diácono y más adelante como sacerdote, el camino que está siguiendo “es una vocación y una gran responsabilidad, para transmitir a Cristo al pueblo de Dios”.
Josimar Pereira Freitas (Campos dos Goytacazes) es ingeniero civil. Ha trabajado en uno de los principales operadores de energía eléctrica de Brasil. En esa época descubrió su vocación al Opus Dei como agregado. En los últimos años ha vivido en Pamplona y Roma, donde ha realizado los estudios de teología y la preparación personal para recibir el diaconado y, en mayo de 2026, la ordenación sacerdotal. Reflexionando, explica que el amor de Dios que desea transmitir a los demás “es el mismo amor que he recibido en mi familia y que he visto continuar y fortalecerse en mi familia sobrenatural, la Obra”.
Juan Martín Gismondi, argentino de 40 años, nacido en la localidad de Adrogué en la provincia de Buenos Aires. Fue director y coordinador de formación de una residencia universitaria en Mendoza y Córdoba, además de trabajar como contador también en Buenos Aires. En Roma realiza estudios de posgrado sobre la vocación del empresario cristiano. Afirma que, como futuro sacerdote, le ilusiona “poder acompañar espiritualmente a muchas personas en su relación con Jesús, ayudándoles a tratarle en la oración y a que puedan encontrar su perdón y unión en los sacramentos”.
José María Álvarez de Toledo, de Madrid, estudió Periodismo y Administración de Empresas. Además de cursar estudios de Teología, ha trabajado como editor de contenidos en la página web del Opus Dei. “Me apasiona escribir y, sobre todo, contar historias: cómo presentar la luz del evangelio a los jóvenes que disfrutan de series como Strangers Things, afirma. Recientemente ha sido coautor de “Segura intemperie”, un libro que reúne relatos reales unidos por un mismo hilo conductor: la Providencia. “Al trabajar en esta obra, comprendimos que Dios no actúa en serie: a cada persona le reserva un camino propio y, con paciencia de artesano, transforma existencias vacías en auténticas obras de arte”, concluye.
