Cómo afrontar los enfados y los malos ratos
Enfermedad, dificultades, enfados pasajeros o preocupaciones duraderas... Los malos ratos son una experiencia común, ¿se pueden santificar?, ¿son ocasión u obstáculo en la vida de un cristiano?
"Sal, luz y fermento"
La misión de los laicos en la Iglesia es llevar, como los primeros cristianos, el mensaje de Jesús a todos los ambientes. Así lo explicaba don Álvaro en este artículo que proponemos ahora -también en audio- con motivo de su centenario.
Con Dios, ¡podemos!
En este vídeo breve, don Álvaro anima a confiar en Dios y a decirle siempre que sí: con Él, ¡lo podemos todo! (52'').
Publicado el primer documental sobre Álvaro del Portillo
“Saxum. Recuerdos de Monseñor Álvaro del Portillo” es el título del primer documental biográfico sobre el colaborador más estrecho de san Josemaría y su primer sucesor al frente del Opus Dei.
Llevar a Jesucristo a todos los ambientes
Hemos de conducirnos de tal manera, que los demás puedan decir, al vernos: éste es cristiano, porque no odia, porque sabe comprender, porque no es fanático, porque está por encima de los instintos, porque es sacrificado, porque manifiesta sentimientos de paz, porque ama.
El Bautismo y la Confesión
En este breve vídeo don Álvaro explica que, en el sacramento del Bautismo y en el de la Confesión, Dios limpia nuestras almas (1'11'').
Dejarlo todo por Dios
"Relictis omnibus". Dejándolo todo: el desprendimiento y la confianza en la voluntad de Dios son necesarios para seguir sus pasos, como señala san Josemaría.
La ordenación sacerdotal de San Josemaría
El 28 de marzo de 1925 a los 23 años de edad, san Josemaría Escrivá fue ordenado sacerdote en la Iglesia de San Carlos en Zaragoza. Ofreció su primera Misa por el alma de su padre, fallecido 4 meses antes.
Primeros años de sacerdote
Tras su ordenación, san Josemaría desarrolló diversas tareas. En 1928 vería el Opus Dei, y dedicaría su vida a seguir esa específica voluntad del Señor.
Los años en el seminario
Desde 1918 hasta 1925, año de su ordenación sacerdotal, San Josemaría se preparó a recibir las sagradas órdenes. De esos años se conservan testimonios de sus compañeros seminaristas.










