Valentía apostólica
Hijas e hijos míos -escribe Álvaro del Portillo-, valentía apostólica: en el lugar de trabajo y en el hogar doméstico; en el silencio de un laboratorio y en el ruido de una fábrica; en el parlamento y en medio de la calle: en cualquier lugar donde nos encontremos, allí debemos ser apóstoles, con determinación: ¡Dios y audacia!
Ser fermento
Durante un viaje a Japón, en 1987, Mons. del Portillo habló sobre la misión específica de los laicos.
La Ciudad de los Niños
Una zona de familias marginadas. Un grupo promotor con interés en el desarrollo. Unos padres de familia que desean formación humana y cristiana para sus hijos. Son los elementos que dieron vida en 1986 al Centro de Desarrollo Social de la Ciudad de los Niños
Colegio Los Pinos
En el año 1974, San Josemaría, acompañado de don Alvaro y don Javier, visitó Ecuador.
Centro Universitario Guaymura
En 1979, un grupo de jóvenes profesionales, con la inquietud de formarse según el espíritu de la Obra, escribieron a D. Álvaro del Portillo para pedirle que el Opus Dei llegara a Honduras de manera estable.
Fundación Los Valles
Con el impulso de don Álvaro, el inicio de la labor apostólica de las mujeres del Opus Dei en Cali incluyó dos labores sociales: un dispensario médico y el Centro de Capacitación Sué para formación en labores domésticas, dirigido a mujeres de bajos recursos
El ISSI forma al personal de limpieza de 6 hospitales del Congo
El ISSI es una escuela de Enfermería creada en la República Democrática del Congo por personas del Opus Dei. El centro se propone formar a jóvenes congoleñas que luego contribuyan a la mejora sanitaria del país africano. Informamos de una nueva iniciativa.
La Asociación Uruguaya de Escuelas Familiares Agrarias – AUEFA –
A fines de la década de los 70, personas vinculadas al sector agropecuario uruguayo vieron como una necesidad la capacitación de la gente que realiza diariamente diferentes labores en el campo, así como la promoción de esas personas y sus familias.
Educar Asociación Civil
En 1983 en Jaltepec, Jalisco, Don Álvaro comentó a un grupo de patronatos que hacía falta que en la Ciudad de México hubiera una labor social de envergadura.