Un regalo de la Virgen de Torreciudad

Erika Sandoval comparte un favor concedido por la Virgen de Torreciudad a fines de diciembre del año pasado. A continuación, el relato de este increíble favor.

Explanada de ingreso al Santuario de Torreciudad

Me llamo Erika Sandoval, soy peruana y a fines de noviembre del año pasado, con un grupo de once fieles del Opus Dei partimos con mucha emoción hacia Roma y luego a Israel, para hacer nuestra convivencia en Saxum.

Al término de nuestra convivencia algunas hicimos una parada de unos días en Madrid, la cual incluía ir de peregrinación al santuario de Torreciudad el sábado 10 de diciembre.

Junto al Belén del Santuario de Torreciudad

Allí nos hicieron una visita guiada que había sido coordinada desde Perú mediante correo electrónico por una de nosotras, Rocío. Recorrimos todo el santuario, participamos en la santa misa, rezamos el rosario, y finalmente compramos algunos recuerdos.

Desde antes de viajar, me hacía mucha ilusión adquirir una imagen de la virgen de Torreciudad, una pequeña reproducción, ya que una amiga peruana me había comentado que ella había comprado una en mayo. Pues yo también quería la mía y la compré ese día.

Dos días después, la tarde del lunes 12 de diciembre, mientras caminábamos por el centro de Madrid, me robaron mi billetera -sin que me diera cuenta, abrieron el cierre de mi mochila y me la sustrajeron- Pero, recién me percaté de ello, al ir a comer unos churros con chocolate en la Chocolatería San Ginés, donde encontré el cierre de mi mochila abierto y mi billetera ya no estaba.

No hice ninguna denuncia a la policía, aunque la billetera tenía algunos documentos de valor, algo de dinero que no pensaba recuperar y documentos de identidad de Perú que ya tendría que tramitar a mi retorno.

Sin embargo, por la noche no podía dormir bien, porque estaba pensando en el robo. A las cuatro de la madrugada comencé a rezar muchas avemarías para ver si podría conciliar el sueño, y recién sí que pude descansar muy bien y hasta amanecí contenta, porque soñé que había encontrado mi billetera. Al despertar me di cuenta de que solo era un sueño, pero estaba tranquila y se lo comenté a mis amigas en el desayuno.

El martes 13 por la noche ya volvíamos a Perú, y después de desayunar, mi amiga Rocío recibió un correo electrónico de la Policía de España, que indicaba que habían recuperado mis documentos y que me acercara a la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid para que me los entregaran. Ni Rocío ni yo entendíamos cómo le habían enviado un correo electrónico a ella.

Al llegar a la Presidencia de la Comunidad de Madrid me hicieron pasar a una oficina y me atendió el brigada Tomás y me devolvió mi billetera. Yo no cabía en mi asombro. Se lo agradecí y le pregunté cómo había ubicado a mi amiga Rocío. Y me dijo: «Por Torreciudad».

Entrega de la billetera en el edificio de la Presidencia de la Comunidad autónoma de Madrid

Debido a que en mi billetera estaba el ticket de compra de la Virgen de Torreciudad que había adquirido 2 días antes, el policía llamó al santuario para preguntar si tenían mis datos, y aunque en Torreciudad no me conocían, le dijeron que había ido un grupo de cinco peruanas y tenían el correo electrónico y el teléfono de Rocío, porque ella había reservado la visita guiada en el santuario a través de la página web, así que le proporcionaron sus datos.

Realmente ha sido un regalazo de la Virgen de Torreciudad, ya que sin haberle pedido encontrar mi billetera, me la devolvieron con todos mis documentos y tarjetas, solo se llevaron el dinero.

Réplica de la Virgen de Torreciudad adquirida el día de la visita al Santuario.

Agradezco mucho también a san Josemaría, quien era devoto de la Virgen de Torreciudad, y que cuando tenía dos años, fue llevado a la ermita por sus padres para agradecer la curación de una grave enfermedad.

Más adelante, como agradecimiento, el fundador del Opus Dei impulsó la construcción de un santuario a la Virgen. En 1975, se terminó de construir el nuevo santuario de Torreciudad. Cientos de miles de personas siguen acudiendo a la intercesión de Santa María bajo esta advocación milenaria mariana.

Erika Sandoval