​Un hombre luchador y fiel

Walter Pinedo Orrillo falleció el 29 de Julio de 2021. Estuvo casado 49 años con Susana Cavassa. Supo encontrar a Dios en su trabajo ordinario como abogado - Notario Público, y en su familia forjando un hogar luminoso y alegre, como animaba san Josemaría a sus hijos casados. A continuación, una reseña de Walter en el recuerdo de sus hijos.

Walter y Susana con sus seis hijos

Walter tuvo una vida profesional ejemplar. Estudió derecho, ejerció como abogado y luego como notario público de Lima por más de 20 años. Una mente sobresaliente le ayudó a cumplir su trabajo con verdadera competencia profesional, santificándolo y logrando ese prestigio que aprovechó para ayudar a muchísimas personas con una buena disposición y muchas veces sin recibir nada a cambio.

Las demandantes labores como notario trajeron consigo sus propias cargas y sacrificios que sobrellevó siempre con una entereza y optimismo admirables; y sin descuidar por ello, su asistencia a medios de formación del Opus Dei como cursos de retiro y convivencias anuales, donde destacaba por su sentido del humor. La cruz se hizo presente a lo largo de su vida padeciendo muchas injusticias, que supo sobrellevar muy bien. Siempre decía a sus hijos: “estamos en las manos de Dios.

Walter Pinedo y Susana Cavassa: 49 años juntos.

En los años ochenta conoció el Opus Dei a través de su cuñado José Cavassa. Realizó el PAD de la Universidad de Piura en el año 1986; y, en 1992 pidió la admisión como supernumerario del Opus Dei. Desde ese momento vivió como un hombre desprendido y generoso, no reservándose nada para él, pensando antes en los demás que en sí mismo, principalmente en su esposa Susana y sus seis hijos: Walter, Pepe, Gustavo, Susana, Antonio y Juan Francisco.

No se equivocaba san Josemaría cuando decía que la alegría tiene sus raíces en forma de cruz.

En julio del 2020 se le detectó un tumor cerebral maligno. Con la operación, los doctores le daban hasta 6 meses de vida. Finalmente, Dios lo quiso dejar un año entre nosotros. Durante todo este tiempo, Walter mostró una fortaleza envidiable y un gran sentido del humor llegando a bromear incluso en las sesiones de radioterapia que recibía a diario por un tiempo. No desaprovechaba cada ocasión que tenía de hablar con familiares y amigos para dejarnos siempre un mensaje de esperanza y abandono en las manos de Dios. No se equivocaba san Josemaría cuando decía que la alegría tiene sus raíces en forma de cruz.

Walter sobresalía por su sentido del humor y espíritu juvenil.

Y es que era característico en Walter ese buen humor y alegría a pesar de las dificultades. Cualidad atestiguada por los cientos de mensajes que hemos recibido posterior a su muerte. Siempre con una sonrisa y tomando con humor las bromas que hacíamos con él. Era clásico su silbido particular que ahora es parte de la tradición familiar, y con los que los últimos meses llamaba constantemente a su esposa Susana porque quería estar más tiempo con ella.

Hasta sus últimos días entre nosotros, Walter demostró su devoción a la Virgen. A raíz de su enfermedad, empezamos a rezar al Rosario diario en familia por zoom y hemos continuado con esta devoción incluso hasta después de su encuentro con la Virgen.

La familia completa Pinedo Cavassa celebrando 48 años unidos en el 2020.

Como comentaba un amigo cercano en sus redes: “Me quedo con su manifiesto amor por su esposa y su familia, su gran alegría, su espíritu de lucha impresionante. ¡Y por supuesto, con los frutos que deja: sus 6 hijos -algunos de ellos, fieles de la Obra- y 17 nietos!”