Turquía: un viaje por la unidad de los cristianos

Benedicto XVI acude a Turquía invitado por el patriarca ecuménico Bartolomé I. Ofrecemos a diario la información actualizada sobre el viaje del Santo Padre.

San Pedro y San Andrés.

Palabras del prelado del Opus Dei sobre el viaje, en Radio Vaticano.

30 DE NOVIEMBRE (por la mañana)

Esta mañana Benedicto XVI asistió a la Divina Liturgia celebrada en la iglesia patriarcal de San Jorge del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, que hoy celebra a su patrono, San Andrés. 

Lea la declaración conjunta firmada por Benedicto XVI y Bartolomé I

A su llegada el Papa fue acogido por el patriarca ecuménico Bartolomé I. Benedicto XVI dijo: "Hoy en esta iglesia patriarcal de San Jorge experimentamos de nuevo la comunión y la llamada de los dos hermanos Simón Pedro y Andrés, en el encuentro entre el sucesor de Pedro y su hermano en el ministerio episcopal, el jefe de esta Iglesia fundada según la tradición del apóstol Andrés. Nuestro encuentro fraternal subraya la relación especial que une a las Iglesia de Roma y de Constantinopla como iglesias hermanas".

El Santo Padre dio gracias a Dios por "la nueva vitalidad de las relaciones a partir del memorable encuentro en Jerusalén, en diciembre de 1964, entre nuestros predecesores el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras", que "la víspera de la sesión final del Concilio Vaticano II (...) dieron un paso único e inolvidable: borraron de la memoria de la Iglesia las mutuas excomuniones de 1054" y de esa forma "confirmaron un cambio decisivo en nuestras relaciones".

"Hoy, con ese mismo espíritu, mi presencia aquí está destinada a renovar el compromiso común para proseguir el camino del restablecimiento (...) de la plena comunión entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla -exclamó Benedicto XVI-. Os aseguro que la Iglesia Católica está dispuesta a hacer todo lo posible para superar los obstáculos y buscar, junto con nuestros hermanos y hermanas ortodoxos, medios de colaboración pastoral cada vez más eficaces para llegar a ese fin".

Los dos hermanos, lanzando las redes.

Jesús confió a los apóstoles Pedro y Andrés "la misión de hacer discípulos entre todas las naciones, bautizando y proclamando sus enseñanzas", explicó el Papa, y recordó que esa tarea hoy es "todavía urgente y necesaria", ya que atañe "no solo a las culturas tocadas marginalmente por el mensaje del Evangelio, sino a las culturas europeas enraizadas desde hace mucho tiempo en la tradición cristiana".

"El proceso de secularización ha debilitado la consistencia de esa tradición, que incluso se cuestiona y rechaza. Frente a esta realidad estamos llamados, junto con todas  las otras comunidades cristianas, a renovar la conciencia de Europa acerca de sus raíces, valores y tradiciones cristianas, dándoles nueva vitalidad. Nuestros esfuerzos para construir lazos más estrechos entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas forman parte de esta tarea misionera. Las divisiones existentes entre los cristianos son un escándalo para el mundo y un obstáculo para la proclamación del Evangelio".

Benedicto XVI reiteró que Simón Pedro y Andrés fueron llamados a ser pescadores de hombres, pero que esa misión "asumió formas diferentes para cada uno de los dos hermanos. Simón (...) fue llamado Pedro, la "roca", sobre la que se edificaría la Iglesia: a El (..) fueron entregadas las llaves del Reino de los Cielos. Su itinerario desde Jerusalén (...) lo llevó a Roma, para que en esa ciudad ejerciera una responsabilidad universal". "El tema del servicio universal de Pedro y sus sucesores -explicó el Papa-, dio desgraciadamente, origen a nuestras diferencias de opinión, que esperamos superar, gracias también al diálogo teológico reanudado hace poco". Benedicto XVI recordó a este propósito las palabras de Juan Pablo II acerca de "la misericordia que caracteriza el servicio a la unidad de Pedro, (..) invitando sobre esta base a entrar en diálogo fraterno para individuar las formas en que el ministerio petrino podría ejercerse hoy, respetando su naturaleza y esencia, para "realizar un servicio de amor reconocido por unos y otros".

Por cuanto respecta a Andrés, que hablaba griego, su misión fue ser "apóstol del encuentro con los griegos". Andrés representa así "el encuentro entre el cristianismo primitivo y la cultura griega. Este encuentro, particularmente en Asia Menor, fue posible gracias a los grandes padres de la Capadocia que enriquecieron la liturgia, la teología y la espiritualidad de las iglesias orientales y occidentales".

"El mensaje cristiano, como el grano de tierra, cayó sobre esta tierra y dio mucho fruto", observó Benedicto XVI, recalcando que debemos estar "profundamente agradecidos a la herencia derivada del fructífero encuentro entre el mensaje cristiano y la cultura helénica que ha tenido un impacto duradero" en ambas iglesias.

"En el curso de la historia, tanto la Iglesia de Roma como la de Constantinopla han experimentado la lección del grano de trigo. Juntos veneramos a muchos de los mismos mártires, (...) compartimos la misma esperanza que obliga a la Iglesia a proseguir "su peregrinación entre las persecuciones del mundo y el consuelo de Dios" y "el siglo apenas pasado ha sido escenario de valientes testimonios de fe, tanto en Oriente como en Occidente, (...) al igual que hoy. Los recordamos en nuestras oraciones y (...) les ofrecemos nuestro apoyo, mientras pedimos con insistencia a todos los líderes mundiales que respeten la libertad religiosa como un derecho humano fundamental".

PALABRAS DEL 29 DE NOVIEMBRE (por la tarde)

Después de aterrizar esta tarde en el aeropuerto de Estambul procedente de Esmirna, Benedicto XVI se dirigió en automóvil al patriarcado ecuménico de Constantinopla, centro de la ortodoxia en todo el mundo, donde reside Su Santidad Bartolomé I.

El Santo Padre y Su Santidad Bartolomé I participaron en un acto litúrgico de oración en la Iglesia patriarcal.

El Papa manifestó su alegría por poder estar en esta Iglesia Catedral "mientras rezamos juntos al Señor y recordamos los importante eventos que han sostenido nuestro compromiso en trabajar por la plena unidad de católicos y ortodoxos. Deseo recordar, sobre todo, la valiente decisión de cancelar la memoria de los anatemas de 1054".

"Me alegro -continuó- de estar en esta tierra tan estrechamente vinculada con la fe cristiana, donde muchas Iglesias florecieron en tiempos antiguos. Pienso en las exhortaciones de San Pedro a las comunidades cristianas primitivas (...) y en la rica mies de mártires, de teólogos, de pastores, de monjes y de santos hombres y mujeres que han generado estas Iglesias a lo largo de los siglos".

PALABRAS DEL 29 DE NOVIEMBRE (por la mañana)

El Papa ha viajado a la ciudad de Efeso, uno de los lugares arqueológicos más famosos del Mediterráneo, que cuenta en la actualidad con 18.000 habitantes.

En la antigüedad, entre sus monumentos estaba el templo de Diana, una de las siete maravillas del mundo. La ciudad fue también uno de los centros de las primeras comunidades cristianas y en ella residió durante tres años San Pablo. San Juan Evangelista vivió y murió allí. En el 431, se celebró en Efeso el Concilio Ecuménico que proclamó la maternidad divina de María.

Éfeso se encuentra al suroeste de Turquía.

El santuario de Meryem Ana Eví (Casa de la Madre María), a 4 km de Efeso, donde el Papa se encontró con la comunidad católica residente en Turquía, es un centro de culto mariano único en el mundo, si bien no existan pruebas arqueológicas de que efectivamente hubiera sido la residencia de la Virgen. Una tradición del siglo I y un testimonio sirio del siglo XIII narran, en cambio, que María vivió en Efeso con San Juan Evangelista. El santuario es frecuentado no solo por los cristianos, sino también por los musulmanes que se detienen aquí para venerar a María, antes de proseguir su peregrinación a la mezquita de Isa Bey.

Allí celebró la Misa. En su homilía, dio ante todo gracias a Dios por "la maternidad divina de María"

 

El Papa se refirió después a la carta de San Pablo a los efesios, que contiene el lema de su viaje apostólico a Turquía, "Cristo es nuestra paz". "El apóstol -dijo Benedicto XVI-  explica de qué forma, realmente imprevisible, la paz mesiánica se realiza en la  persona de Cristo y en su misterio salvífico. Lo explica (...) mientras se encuentra prisionero, a la comunidad cristiana que vivía aquí en Efeso. El apóstol les desea "gracia y paz de Dios, Padre Nuestro y de nuestro Señor Jesucristo. La "gracia" es la fuerza que transforma al ser humano y al mundo; la "paz" es el fruto maduro de esa transformación. Cristo es la gracia. Cristo es la paz".

Benedicto XVI recordó que San Pablo, refiriéndose a la relación entre judíos y gentiles, escribe que Cristo "hizo de dos pueblos uno solo, una afirmación que "puede extenderse, en ámbito analógico, a las relaciones entre los pueblos y las civilizaciones presentes en el mundo: Cristo vino a anunciar la paz (...) entre todas las naciones, porque todas proceden del mismo Dios".

Santuario de Meryem Ana Eví (Casa de la Madre María).

"Desde este extremo de la península de Anatolia, puente natural entre continentes -exclamó el Papa-, invocamos paz y reconciliación ante todo para los que viven en la tierra que llamamos "santa " y que es considerada así por cristianos, judíos y musulmanes: es la tierra de Abraham, de Isaac y de Jacob, destinada a albergar un pueblo que fuera bendición para todas las gentes. ¡Paz para toda la humanidad! ¡Que se cumpla pronto la profecía de Isaías (...) "¡No levantará espada nación contra nación ni se ejercitarán más en la guerra!".

El Papa afirmó que era motivo de "alegría y alabanza a Dios" que en la ceremonia participasen católicos de diversos ritos. "Esos ritos -dijo- son expresión de esa admirable variedad de la que se adorna la Esposa de Cristo, siempre que converjan en la unidad y el testimonio común".

Asimismo, invitó a recordar el Magnificat de María, "con alegría, incluso cuando estamos sometidos a dificultades y peligros, como atestigua el hermoso testimonio del sacerdote romano Andrea Santoro (asesinado en febrero mientras rezaba en una iglesia de Trebisonda n.d.r), al que recuerdo en esta ceremonia".

Esta tarde el Papa se desplazará desde Esmirna a Estambul para encontrarse con el patriarca ecuménico Bartolomé I.

PALABRAS DEL 28 DE NOVIEMBRE (por la tarde)

Ante el Gran Mufti de Ankara y el Gran Mufti de Estambul, el Papa dijo que "esta noble tierra ha sido testigo, por otra parte, -agregó-de un notable florecimiento de la civilización islámica en los ámbitos más diversos, de la literatura al arte, a las instituciones. Hay tantos monumentos cristianos y musulmanes que testimonian el pasado glorioso de Turquía, de los que os sentís legítimamente orgullosos".

 

"Cristianos y musulmanes, siguiendo sus respectivas religiones, llaman la atención sobre el carácter sacro y la dignidad de la persona. Esta es la base de nuestra estima y respeto recíprocos, esta es la base para la colaboración al servicio de la paz entre las naciones y los pueblos".

Además, cristianos y musulmanes "pertenecen a la familia de cuantos creen en un sólo Dios" y "esta unidad humana y espiritual de nuestros orígenes y destinos nos lleva a buscar un itinerario común. (...) Como hombres y mujeres de religión, nos enfrentamos al reto de la aspiración a la justicia, al desarrollo, la solidaridad , la libertad, la seguridad y la paz. (...) Es así porque también nosotros, respetando la autonomía legítima de las cosas temporales, podemos aportar una contribución específica para buscar soluciones a esas cuestiones acuciantes".

"En particular, podemos ofrecer una respuesta creíble a la cuestión que brota con claridad de la sociedad actual: (...) el significado y el objetivo de la vida, para cada individuo y para toda la humanidad. Estamos llamados a trabajar juntos para ayudar a la sociedad a abrirse a lo trascendental, reconociendo a Dios Todopoderoso el lugar que le corresponde. El modo mejor de conseguirlo es entablar un diálogo auténtico entre cristianos y musulmanes, basado en la verdad e inspirado en el deseo sincero de conocernos mejor mutuamente, respetando las diferencias y reconociendo cuanto tenemos en común".

Benedicto XVI partió el 28 de noviembre de Roma.

El Papa puso como ejemplo del "respeto fraterno" de esta colaboración, las palabras elogiosas que Gregorio VII dirigió en 1076 a un príncipe musulmán muy benévolo con los cristianos bajo su jurisdicción, referidas a la "caridad especial que cristianos y musulmanes se deben recíprocamente", porque unos y otros "creemos y confesamos un sólo Dios, aunque de forma diversa".

"La libertad de religión, garantizada institucionalmente y respetada efectivamente tanto para los individuos como para la comunidad -observó el Santo Padre-, constituye para todos los creyentes la condición necesaria para su aportación leal a la construcción de la sociedad, en actitud de servicio auténtico, especialmente hacia los más pobres y vulnerables".

Ante los representantes del cuerpo diplomático ante Turquía, en la nunciatura apostólica de Ankara subrayó que "la verdadera paz tiene necesidad de la justicia para corregir las desigualdades económicas y los desórdenes políticos que son siempre factores de tensiones y amenazas en toda la sociedad". "Aprecio la labor de la comunidad católica de este país -continuó-, poco numerosa pero muy comprometida en contribuir al desarrollo del país, especialmente a través de la educación de los jóvenes y la construcción de la paz y la armonía entre todos los ciudadanos".

PALABRAS DEL 28 DE NOVIEMBRE (por la mañana)

Benedicto XVI partió esta mañana a las 9,20 del aeropuerto romano de Fiumicino y tras tres horas de vuelo aterrizó en el aeropuerto Esemboga de Ankara. Este es el quinto viaje apostólico del Papa fuera de Italia.

Dirigiéndose a los periodistas que le acompañan en el vuelo, el Papa afirmó que el viaje a Turquía "no es político, sino pastoral" y que tiene como objetivo "el diálogo y el compromiso común por la paz".

          

Nada más bajar del avión, el Santo Padre fue acogido por el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, por el gobernador de la región, el comandante militar y el alcalde de Ankara, capital política del país, de 5 millones de habitantes. También le dio la bienvenida el presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Turquía, el arzobispo Ruggero Franceschini, O.F.M. Cap., de Izmir.

Posteriormente, el Papa se dirigió a una sala del aeropuerto, donde se entrevistó con el primer ministro Erdoğan.

Terminado el coloquio, que duró veinte minutos, el Papa se trasladó en automóvil al Mausoleo de Atatürk, que se halla a 45 kilómetros de Ankara, construido entre 1944 y 1953. Contiene los restos de Mustafa Kemal "Atatürk" (Padre de los turcos), fundador y primer presidente de la República turca (1923-1938). Al edificio, que recuerda por su forma a un templo griego, se accede por medio de una escalinata. Las paredes son de mármol verde y el techo está engalanado con mosaicos en oro. El cenotafio está constituido por un bloque único de mármol de 40 toneladas.

A las 15,00 hora local (14,00 de Roma), Benedicto XVI fue recibido por el presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer, en el palacio presidencial. A continuación se reunió en la "Guest House" de este mismo palacio con uno de los dos vice-primeros ministros.

Esta tarde estaba previsto que el Papa se encuentre con el presidente para Asuntos Religiosos, Ali Bardakoglu, en la "Diyanet", sede del departamento.

Turquía tiene 72 millones de habitantes, de los cuales el 99,8% son de religión musulmana y el 0,20% restante son cristianos -greco-ortodoxos, siro-ortodoxos, armenio-ortodoxos, protestantes y católicos- y judíos.

Los católicos son 32.000, es decir, el 0,04 del total de la población. De la Conferencia Episcopal de Turquía forman parte 6 obispos. Actualmente hay 47 parroquias, 68 sacerdotes y 98 religiosos y religiosas, 4 diáconos permanentes, 5 seminaristas mayores y 28 catequistas.

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DISCURSO PREVIO AL VIAJE (27 NOVIEMBRE)

Durante su discurso dominical, Benedicto XVI ha enviado un saludo especial al pueblo turco, recordando la inminencia de su viaje a esta tierra “rica de historia y cultura”, y ha mostrado su más sincero sentimiento de “afecto y amistad a este pueblo y a sus representantes”.

Emoción y confianza han sido los calificativos del Papa al hablar de este esperado viaje que dará inicio el próximo martes 28 de noviembre, prolongándose hasta el 1 de diciembre: “Con viva emoción espero el momento de reunirme con la pequeña comunidad católica, que llevo siempre en mi corazón, y unirme fraternalmente a la Iglesia Ortodoxa, en ocasión de la fiesta del apóstol san Andrés. Con confianza –ha proseguido el Pontífice- sigo el camino de mis venerados predecesores Pablo VI y Juan Pablo II, e invoco la celeste protección del beato Juan XXIII, quien fue durante diez años Delegado Apostólico en Turquía y sintió por esa Nación un gran afecto y estima. A todos vosotros os pido que me acompañéis con la oración, para que este peregrinaje pueda dar a todos los frutos que Dios desea”.

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CALENDARIO DEL VIAJE 

28 NOVIEMBRE

Bartolomé I, patriarca ecuménico, con quien Benedicto XVI firmará una declaración conjunta.

Llegada a la capital turca, Ankara (13 h.).

Visita al Mausoleo de Atatürk, “padre de los turcos”, quien proclamó la República turca en 1923.

Visita al presidente de la República turca, Ahmet Necdet Sezer.

Encuentro con el presidente para los asuntos religiosos, Alì Bardokoglu, gran muftí, máxima autoridad islámica, así como con el cuerpo diplomático en la nunciatura apostólica.

29 NOVIEMBRE Viaje a Esmirna y a Éfeso, donde vivió y estuvo cautivo el Apóstol Pablo, así como San Juan Evangelista, acompañado, según la tradición, por la Virgen María. En esta ciudad se celebró en el año 431 el Concilio que proclamó a la Virgen María “Theotokos”, es decir, “Madre de Dios”.

Santa Misa en el Santuario de “Meryem Ana Evi” o “Casa de María”.

Viaje a Estambul –la antigua Constantinopla-. Visita de oración a la Iglesia Patriarcal de San Jorge.

Encuentro privado con Su Santidad Bartolomé I, patriarca ecuménico (ortodoxo) de Constantinopla.

30 NOVIEMBRE. FIESTA DE SAN ANDRÉS.

Divina Liturgia en la Iglesia patriarcal de San Jorge. Firma de una Declaración Conjunta. El pontífice cumplirá así con el objetivo original de su viaje: responder a la invitación del patriarca ecuménico Bartolomé I para participar en la fiesta del patrono de ese Patriarcado, San Andrés, que se celebra el 30 de noviembre.

Visita del Museo de Santa Sofía.

Oración en la Catedral armena apostólica y encuentro con Su Beatitud el Patriarca Mesrob II.

Encuentros con el Metropolita siro-ortodoxo y el Gran Rabino de Turquía.

1 DICIEMBRE

Santa Misa en la Catedral del Espíritu Santo, en Estambul.

Vatican Information Service (VIS)