Desde hace una década un grupo de matrimonios amigos se reúnen una vez por semana para rezar el santo Rosario en la casa de uno de ellos. Alejandro se incorporó hace cinco años. Tras rezar, se organizaba un pequeño compartir entre todos y una conversación sobre temas de fe, lo cual siempre era enriquecedor, después del cual, cada uno retornaba a su hogar.
Aunque algunos de los participantes originales, ya no vivían en Lima, acompañaban a distancia esta iniciativa. Al surgir la pandemia y la consiguiente cuarentena, tomaron la decisión de no interrumpir las reuniones y hacerlas vía virtual.
Entraba y salía del oratorio varias veces, ante la alegría de poder ver al Señor.
En una de las últimas reuniones, la esposa de un amigo, Alicia comentó que salió a recoger unos exámenes en una clínica de Lima, la cual cuenta con una capilla y se dio con la sorpresa que estaba el Santísimo. Para Alicia fue como un regalo del cielo. Entraba y salía del oratorio varias veces, ante la alegría de poder ver al Señor.
Alejandro comentó que en esa reunión virtual todos coincidieron en la necesidad de poder volver a la misa, de recibir al Señor cada día, de hacer la visita al Santísimo y de confesarse, situación que no es posible en estos momentos de cuarentena, circunstancia para ofrecer a Dios.
Por otra parte, Alejandro ha propuesto a los padres de familia de la promoción del colegio de su hija, quien este año hará la primera comunión, reunirse una vez por semana para rezar el santo Rosario en familia, utilizando la herramienta del messenger video. En la primera reunión participaron cuatro familias.
Han quedado en reunirse los días jueves e invitar a más familias de los colegios Alpamayo y Salcantay. Para Alejandro, la carta del Papa Francisco pidiendo rezar el santo rosario en familia en mayo ayudará a que esta iniciativa tenga más seguidores y así acercar más a Dios a sus amigos y padres de familia de los colegios.