«¿Quieres de verdad ser santo?»

El último domingo 23 de junio en el diario “La Industria” de Trujillo se publicó el artículo del Padre César Corcuera García sobre el mensaje de san Josemaría, ante la próxima fiesta del fundador del Opus Dei, el miércoles 26 de junio.

El 18 de mayo último fue beatificada en Madrid Guadalupe Ortiz de Landázuri, la primera fiel laica de la prelatura del Opus Dei en subir a los altares. En el mensaje enviado por el papa Francisco a Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, señalaba que «la santidad supone abrir el corazón a Dios y dejar que nos transforme con su amor, y supone también salir de sí mismo y andar al encuentro de los demás donde Jesús nos espera, para llevarles una palabra de ánimo, una mano de apoyo, una mirada de ternura y consuelo». Nos recuerda así que la santidad a la que estamos llamados todos los cristianos es asequible, pues se funda en la transformación que Dios desea obrar en nuestra alma.

Beatificación de Guadalupe Ortíz de Landázuri

Esta consideración adquiere particular relieve a las puertas de la celebración de la memoria de san Josemaría Escrivá de Balaguer, el próximo 26 de junio. Dios lo eligió como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei. Fue el 2 de octubre de 1928, cuando, encontrándose en un retiro espiritual, recibió una potente luz en la que se le desvelaba un proyecto divino preparado para él. Al referirse a aquella experiencia siempre señalaba que ese día «vio» el querer de Dios para su vida, dándole a su existencia un renovado sentido de misión. En ese instante captó el alcance de la vocación cristiana: todo hombre y mujer está llamado a buscar la santidad en medio de sus tareas ordinarias. Entendió también que Dios le pedía promover una institución, dentro de la Iglesia y para servirla a Ella, que recuerde a lo largo de todos los tiempos la llamada universal a la santidad.

Luego de concluir mis estudios escolares en el colegio San José Obrero, me trasladé a Piura para iniciar mis estudios universitarios, fue ahí donde conocí el mensaje de la Obra, y me pareció atractivo: buscar la santidad a través de los estudios, realizándolo con la mayor perfección posible por amor a Dios y a las almas.

«¿Quieres de verdad ser santo? –Cumple el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces»

La lectura de Camino, libro escrito por san Josemaría, dejó una honda huella en mi interior y me movió a una vida de piedad más profunda, fundada en el sentido de la filiación divina. Cuando leí el punto n. 815: «¿Quieres de verdad ser santo? –Cumple el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces», me sentí fuertemente interpelado, y me pregunté: ¿quiero de verdad ser santo?... A partir de entonces me decidí a seguir aquel consejo, y poco a poco se me fue diluyendo el prejuicio de pensar que la santidad era algo reservado para unos pocos «hombres y mujeres perfectos». Con el paso de los años, experimenté un especial gozo y paz al leer un texto del entonces Cardenal Ratzinger pronunciado en una Misa de acción de gracias por la canonización de san Josemaría, el 6 de octubre de 2002: «Conociendo un poco la historia de los santos, (..) podemos tener, casi inevitablemente, un concepto equivocado de la santidad porque tendemos a pensar: “esto no es para mí”; “yo no me siento capaz de practicar virtudes heroicas”.

En ese caso la santidad estaría reservada para algunos “grandes” de quienes vemos sus imágenes en los altares y que son muy diferentes a nosotros, normales pecadores. Esa sería una idea totalmente equivocada de la santidad, una concepción errónea que ha sido corregida —y esto me parece un punto central— precisamente por Josemaría Escrivá».

La búsqueda de la santidad implica, además, como señala el Papa, la salida de uno mismo para darse a los demás, reconociendo a Cristo en la persona de nuestros prójimos. Cristo necesitado de afecto, de comprensión, de cariño…, de nuestra amistad sincera. San Josemaría afirmaba de sí mismo: «De pocas cosas puedo ponerme de ejemplo. Y, sin embargo, en medio de todos mis errores personales, pienso que puedo ponerme como ejemplo de hombre que sabe querer. Vuestras preocupaciones, vuestras penas, vuestros desvelos son para mí una continua llamada».

En Trujillo se celebrará una Misa en honor a san Josemaría el martes 25 de junio a las 8:00 p.m. en la catedral de la ciudad. Están todos invitados.