Guadalaviar nace en 1959, como iniciativa de un grupo de padres y desde sus comienzos, contó con el impulso de san Josemaría. En el colegio juega un papel clave la colaboración con las familias. Los padres son el motor educativo de Guadalaviar y el colegio se vuelca en ofrecer herramientas y espacios para que los padres participen en su labor como primeros educadores.
Educar siempre es un reto y educar en el siglo XXI no deja de serlo. En el Año de la Familia anunciado por el papa Francisco en diciembre de 2020 y convocado desde el 19 de marzo de 2021 al 26 de junio del 2022, el Papa nos animaba a acompañar a los matrimonios durante este tiempo, con propuestas para reflexionar sobre la vida conyugal y la familia.
Como dedico en mi trabajo bastante tiempo al “mentoring familiar”, hablando con Maria José, subdirectora del colegio y otras profesoras como Tonia y Victoria, pensamos que, para secundar esta propuesta del Papa, podíamos poner en marcha alguna iniciativa para afrontar los retos que conlleva hoy, el día a día de la vida matrimonial. Veíamos que, además, la experiencia de la pandemia también ha hecho evidente que es necesario y urgente difundir, tal y como nos dice el Papa, que la familia es un camino de alegría que «llena el corazón y la vida entera» (Amoris Laetitia, 200) a pesar de todas las situaciones que pueden darse de crisis y fragilidad.
Una iniciativa creativa para ayudar a los matrimonios
En la primera reunión sugerimos hacer partícipes de la idea a nuestros maridos para que nos ayudaran. Y así, Fran (marido de Tonia), Javier (marido de Victoria) y Manuel (mi marido) se pusieron también manos a la obra. Queríamos poner en marcha juntos alguna iniciativa creativa que llegara a los matrimonios jóvenes con un formato atractivo creando espacios de reflexión y comunicación para ayudarles en su matrimonio. Así surgió Zona Amar y ya.
Con el tiempo varios matrimonios del colegio fueron sumándose a esta iniciativa poniendo al servicio del proyecto todos sus talentos: Luis y Marta, Nuria y Carlos, Jaime y Delia, Rocío y Álvaro, Pedro y Laura. Además, el proyecto fue apoyado en todo momento por don Jorge, el capellán del colegio. También hay que destacar que hay muchos más matrimonios voluntarios del colegio que ayudan en la producción material y organizativa de cada jornada.
Nuestro punto de partida fue seguir el programa que se implantó hace unos años en el colegio, el programa de familias creado por Identitas, que tiene como base el desarrollo integral de la persona. Juanjo Javaloyes, creador de este programa y gran amigo nuestro, ha sido desde el cielo un gran apoyo y en quien nos hemos inspirado en muchos de sus consejos, frases… y especialmente en su programa de “Comunicar en el Amor”.
Una “experiencia inmersiva” para que los matrimonios disfruten
Durante los meses siguientes tuvimos varias sesiones de trabajo en donde fuimos pensando cómo íbamos a trabajar con los matrimonios, como podríamos ayudarlos y conseguir que ellos mismos se ilusionasen y se implicaran. Investigamos, leímos y por fin dimos con el formato que nos gustaba: La clave era pensar en cada matrimonio que participase. Eso nos ha ayudado a lo largo del camino a no conformarnos y cada vez que nos reuníamos, iban saliendo ideas cada vez más originales y “revolucionarias”.
Llegó el día de ponerle nombre al proyecto, hicimos un listado de muchos nombres, varios días de votaciones y por fin, nos decidimos por Zona Amar y ya, ya que la finalidad es que cada matrimonio descubra que su vocación tiene como ingrediente esencial el amor, un amor sin condiciones.
El proyecto se ha desarrollado este curso a lo largo de dos jornadas con distintas actividades complementarias. La primera jornada se contextualizó en “El día de la boda” y la segunda en “El viaje de novios”. Decoramos todo el colegio para que se adecuara a la temática. Queríamos crear en cierto modo una “experiencia inmersiva”, en la que los matrimonios disfrutaran.
Además de recibir una formación de calidad impartida por expertos, viven una experiencia única, ya que revivirán momentos claves en la vida de su matrimonio. El objetivo es generar un espacio y tiempo para que puedan hablar sobre ellos y su relación matrimonial. Para ello, cada jornada tiene un efecto sorpresa: Nuestro reto es conseguir que todos los matrimonios que entren en la Zona Amar y ya, salgan con más ganas de quererse, buscando un amor más creativo que haga que nuestra familia sea más feliz.
Una madre del colegio que participó con su marido en una de las jornadas, al llegar al colegio, comentó que había supuesto un volver a empezar en su matrimonio; me pondría en la calle con un altavoz para invitar a todos los matrimonios a que participen en este proyecto.
Píldoras para los matrimonios, cada 15 días
Muchos padres de otros colegios estaban asombrados al enterarse de que un colegio se preocupara de avivar la ilusión del matrimonio y agradecen lo que compartimos en el canal de comunicación del proyecto en Telegram.
Desde este canal subimos todas las ponencias de cada jornada y, cada quince días, enviamos píldoras para que sigan disfrutando y que cada uno pueda llevárselo a su matrimonio para seguir creciendo juntos.
Además de las Jornadas, queremos organizar algunas actividades complementarias para facilitarles un tiempo de calidad de una forma más continua.
Este proyecto me ha ayudado a mí y a mi marido a crecer como matrimonio. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero tenemos como jefa a la Virgen, ella está ahí en cada momento. Desde el inicio ha ido encajando todo de una manera providencial. No puedo explicar con palabras la cara de felicidad con la que sale cada matrimonio después de cada jornada y el resultado que está teniendo en las familias de nuestro colegio, solo tiene una explicación: Es un proyecto del cielo para llevar el amor de Dios a todas las familias.