Procesión de San Josemaría en Cañete

Ni el frío ni la llovizna impidieron a los pobladores de Cañete participar en la festividad organizada con motivo del 30º aniversario de la visita de San Josemaría a esa ciudad.

Momentos antes de ingresar a la Catedral

La mañana es fría y una llovizna empapa las calles. En la Plaza de Armas de Cañete, decenas de personas llegan a la Catedral. A lo lejos se puede observar el acercamiento de las escoltas de diferentes centros educativos. Algunos niños llegan portando coloridas pancartas, con lemas de amor y esperanza. Todos van ingresando al templo atiborrado de devotos de San Josemaría Escrivá. La devoción se respira en el ambiente, se observa en las miradas y se escucha en los cantos.

La misa es celebrada por el padre José María Ortega, Párroco de Cañete. Al inicio de su homilía explica que Dios se sirvió de San Josemaría para promover muchas cosas buenas en la tierra. “Además de sus enseñanzas se han sembrado tantas labores de apostolado. Se han acercado a Dios a través de sus enseñanzas apostólicas”, destaca. Luego comenta que el Santo de lo ordinario le daba importancia a dos temas: el trabajo y el apostolado, en ese sentido resalta que el trabajo es un don de Dios, y tiene un valor grande porque juega un papel importante en la salvación del hombre.

“El espíritu del Opus Dei es convertir el trabajo en una obra divina. El trabajo es medio de santificación. Hecho por amor se convierte en obra de Dios”, finaliza su homilía el Padre Ortega.

Un santo en la calle

Alumnas del Instituto Condoray llevando el anda

Luego de la ceremonia eucarística, los pobladores se ubican en las afueras de la Catedral, marcando el camino por donde transitará el anda que lleva la imagen de San Josemaría. Una orquesta espera la salida mientras los niños agitan sus globos amarillos y rojos. En la esquina, una unidad móvil de la compañía de bomberos formará también parte de la procesión.

Entre fuertes palmas, la imagen de San Josemaría sale a la calle, cargada por alumnas del Instituto Condoray, labor corporativa del Opus Dei en Cañete. La Orquesta empieza a entonar un rítmico Happy Birthday. Simultáneamente la camioneta de los bomberos hace sonar su sirena. La algarabía es total.

Ordenadamente la procesión avanza. Primero van los mototaxis de la empresa San Josemaría Escrivá de Balaguer, de propiedad del señor Marcos Muñoz Arenas. Esta empresa se inició con 6 socios y en agosto cumplirá dos años de labor. Hoy son alrededor de 22 unidades las que conforman esta empresa, integrada por jóvenes y señores deseosos de seguir las enseñanzas del fundador del Opus Dei. “Lleva el nombre de él (San Josemaría) en agradecimiento a las grandes obras que hizo en la tierra como sacerdote y como santo. También por sus enseñanzas que dejó en Cañete”, comenta el señor Muñoz y luego ordena a sus compañeros a no avanzar demasiado y seguir conservando el orden. Los mototaxis llevan globos de colores y marcan el paso de los más pequeños que marchan detrás.

La empresa de 'mototaxis' San Josemaría Escrivá

Antes de dar el primer giro en la Plaza de Armas, la procesión se detiene para recibir un homenaje a ritmo de valses criollos. Octavio Lara, cañetano de nacimiento, junto a su conjunto “Sabor y Color” captan la atención de los presentes. “Estamos presentes por nuestro San Josemaría, porque es nuestro. De él salió que Cañete es un valle bendito”, explica Octavio. “Lo único que le pido es trabajo, y trabajo tengo todo el tiempo. Por ese le rindo este pequeño homenaje hoy. Mientras haya trabajo soy feliz, sin hacer daño a nadie”. Luego, la imagen recibe el saludo del Teniente Alcalde de la ciudad.

Mientras la procesión se dispone a bajar por el jirón Grau, algunas señoras sacan imágenes de la Virgen María para que sean bendecidas al momento que el anda llegue a sus puertas. Conversar con ellas es difícil porque están pendientes de que el mantel blanco esté bien colocado, alistan las flores y buscan las velas. Muchas de las señoras conocieron a San Josemaría en su visita a Cañete y recuerdan emocionadas esos momentos. “Tenía sonrisa de santo y hablaba con mucho amor”, recuerda la señora Irene.

Ingresando al santuario 'Madre del Amor Hermoso'

Los policías también se suman a la celebración, y en la puerta de la comisaría, la procesión debe detenerse para que la imagen de San Josemaría reciba el saludo de honor del comisario. Posteriormente, la peregrinación ingresa al santuario Madre del Amor Hermoso en medio de aplausos. En este santuario se venera una imagen de la Virgen regalada por San Josemaría. La mañana finaliza con cantos, la entrega de 30 rosas por parte de los niños y con la devoción de un pueblo agradecido por cada una de las enseñanzas de San Josemaría Escrivá de Balaguer.