Queridos hermanos y hermanas:
Siguiendo las catequesis sobre el libro de los Hechos de los Apóstoles, hoy reflexionamos sobre cómo Dios incita a los apóstoles para que acojan la universalidad de la salvación, llamándolos a salir de sí mismos y a abrirse a los demás, con un estilo de vida cercano y fraterno.
Es necesario mirar la intención del corazón, porque sólo de dentro, del corazón, nace la impureza
El personaje principal del episodio es el apóstol Pedro, que después de ser testigo de la efusión del Espíritu Santo sobre el colegio apostólico, presencia ahora cómo ese mismo Espíritu se derrama sobre los paganos.
Dios, para suscitar en Pedro un cambio de mentalidad, le presenta un lienzo lleno de animales considerados impuros para los judíos, haciéndole entender que todo lo que Dios ha purificado no debe ser ya considerado profano. Es necesario mirar la intención del corazón, porque sólo de dentro, del corazón, nace la impureza.
Pedro es consciente que ser discípulos no es un mérito sino una llamada para ser mediadores
De ese modo, Pedro acepta ir a predicar en casa de Cornelio, un oficial romano temeroso de Dios, y el Señor confirma sus palabras derramando sobre ellos el Espíritu. Cuando la comunidad se escandaliza por la familiaridad del apóstol con los gentiles, Pedro no se amilana, porque es consciente que ser discípulos no es un mérito sino una llamada para ser mediadores, puentes que faciliten el encuentro de Dios con los hombres.
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Algunos recursos relacionados con esta catequesis del Papa sobre los Hechos de los Apóstoles
• Catequesis previas sobre los Hechos de los Apóstoles.
• Versión digital gratuita de los Evangelios.
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• Nueve preguntas para entender qué es la Iglesia.
• El fuego de los primeros cristianos (Editorial Vida cristiana).
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