Cañete es un valle agrícola. Numerosas hectáreas de algodón, yuca, maíz y camote rodean la ciudad de San Vicente, capital de la provincia. El 26 de junio de 2003 fue la primera celebración de la fiesta de San Josemaría, después de ser declarado santo por el Papa Juan Pablo II. Además de las Misas celebradas en otros distritos, como San Luis, Cerro Alegre, Cerro Azul, Imperial, Quilmaná, Lunahuaná, Pacarán, Mala, etc., hubo una gran concentración de gente en el Santuario Madre del Amor Hermoso, de San Vicente, donde Mons. Juan Antonio Ugarte, obispo del lugar, presidió la celebración eucarística de San Josemaría Escrivá.
A la Misa Solemne, siguió, como ya es tradicional, una procesión con las imágenes de San Josemaría y de la Virgen Madre del Amor Hermoso, esta última regalo del Fundador del Opus Dei a la Prelatura de Cañete.
Otro fenómeno curioso ocurre en esta provincia: es común que muchos niños reciban el nombre de Josemaría en honor de este santo que tanto quiso y rezó por Cañete. Algunas mamás de estos muchachos han formado una asociación de niños llamados Josemaría, para compartir de modo organizado su devoción a San Josemaría Escrivá. Muchos de ellos estuvieron presentes en la procesión portando una pancarta.
Mons. Juan Antonio Ugarte, Obispo de la Prelatura de Cañete, refiriéndose a la devoción a San Josemaría en Cañete, comentó que la devoción a un santo consiste en el trato confiado y cariñoso, el acudir a él, no solamente para pedirle favores, sino que cada vez haya más amistad y por lo tanto cada vez más procurar seguir sus consejos, conocer mejor su vida y aprender de él.
