La JMJ de Panamá vivida desde el Club Saeta

Un grupo de estudiantes peruanos que frecuentan el Club Saeta en Lima viajaron a la reciente JMJ de Panamá realizada del 22 al 27 de enero último. Como nos recordó el Santo Padre “Nos gusta decir: -ustedes jóvenes son el futuro-, no, ustedes son el ahora de Dios”, como una invitación a darnos del todo para servir a los demás. A continuación, presentamos un resumen de las vivencias de estos jóvenes peruanos durante estos días.

La Jornada Mundial de la Juventud ha sido una excelente ocasión para estar cerca al Papa, escuchar su mensaje de primera mano y también para estar cerca del Prelado del Opus Dei. Desde el Saeta estuvimos coordinándolo meses antes, formando un grupo de escolares de 14 a 17 años y un universitario.

La mayoría de los que fueron habían podido asistir al campo de trabajo que realizamos dos semanas antes en el pueblo de Mala, en la Prelatura de Yauyos, pintando y limpiando un comedor parroquial. Una preparación que nos sirvió para las horas de pie, el calor y cansancio que pudimos ofrecer por el Papa, durante la JMJ.

Visitando el canal de Panamá

Lo que más nos llamó la atención de Panamá, además de sus rascacielos, fue la amabilidad de su gente. Al finalizar el Vía Crucis con el Papa en la Cinta Costera quisimos volver al alojamiento tomando el metro, pero salteando la estación más cercana pues estaba llena de gente; en esa situación nos perdimos y le preguntamos a una señora que nos empezó a indicar la dirección correcta, pero en un momento nos dijo: “vengan, yo los acompaño”; y nos llevó hasta la estación cuadras más arriba, dejando lo que estaba haciendo.

Así también le ocurrió al padre Guillermo, -el sacerdote que estuvo a cargo del grupo del Club Saeta-, en dos oportunidades. Y como teníamos la bandera peruana con el grupo, era constante las bocinas de los autos que nos llamaban para saludarnos y las fotos que nos pedían los transeúntes y personal de los establecimientos a donde íbamos. Esto, sumando a la diversidad de personas que encontramos en estos días, sirvió para que los chicos se dieran cuenta de la variedad de caminos que hay en la Iglesia.

Afueras de la parroquia Santa Eduviges

Los del Centro de la Obra en Panamá hicieron un arduo trabajo para poder conseguir alojamiento para más de 150 jóvenes de Costa Rica, Venezuela, México, Uruguay y Nicaragua. El ambiente no podía ser mejor. El día sábado por la mañana organizamos un mundial de fútbol 5, cuyo ganador en esta ocasión fuimos los peruanos. Los chicos aprovecharon para intercambiarse cuentas de Instagram y se mantienen en contacto.

“escuchar a nuestros hijos contar lo bonito de esta experiencia, es el mejor regalo que podemos recibir”

El grupo de papás del club quedó muy agradecido y así lo manifestaron en el grupo de WhatsApp que creamos con ocasión de la JMJ de Panamá y en el cual enviábamos algunas fotos: “Misión cumplida” nos puso el papá de Fabrizio, “escuchar a nuestros hijos contar lo bonito de esta experiencia, es el mejor regalo que podemos recibir”. Al finalizar, Emilio -uno de los participantes- se encargó de hacer un video recopilatorio de todos los distintos episodios vividos en esta JMJ. Ahora ya soñamos con el grupo que irá del Saeta a Lisboa punto de encuentro de la siguiente JMJ en el año 2022.