Cuando me pidieron resumir cómo fue vivir la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa 2023 lo primero que me vino a la mente fueron las palabras del Papa Francisco en la ceremonia de bienvenida de la JMJ: “La iglesia es de todos”. Esto refleja lo que realmente fue la experiencia de la JMJ Lisboa 2023 con el Club Saeta. Y es que la iglesia tiene ese carisma que te hace sentir en casa en cualquier sitio. Desde el comienzo con los gritos de los italianos, eufóricos de ver un país tan lejano como el Perú y alegres al saber que están ahí con el mismo propósito nuestro –ver y escuchar al Santo Padre–, hasta el final con las palabras del Papa Francisco en la misa de envío quien nos recuerda que Dios nos llama por nuestro nombre de manera singular.
Ha sido una experiencia inolvidable y crucial para nuestro desarrollo espiritual y personal, especialmente si tomamos en cuenta que la edad del grupo que asistió desde el club Saeta (Lima, Perú) rondó los 14 a 17 años. Nos organizamos con más de un año de anticipación, no solo materialmente, sino también de manera espiritual con un retiro previo al viaje en Cañete, donde la mayoría de participantes pudo asistir así como con charlas acerca de lo que necesitaríamos y lo que significaba estar ahí.
Antes del arranque de la JMJ Lisboa 2023, estuvimos una semana en España, conociendo Madrid, Barcelona y Pamplona, donde visitamos la Universidad de Navarra. Poco a poco, nos fuimos introduciendo en el espíritu de la JMJ Lisboa 2023 pues nuestro primer destino en Portugal fue Fátima, ciudad donde algunos tuvimos la gracia de llevar en procesión las andas de una de las réplicas de la Virgen de Fátima a lo largo de la gran explanada del Santuario.
Esto nos tomó por sorpresa porque uno de los que iba a cargo del grupo, José Miguel nos había anticipado que podríamos llevar unas velas; pero cuando nos acercamos para ver cual sería nuestra responsabilidad, nos dijeron que nos pongamos unas túnicas y tan solo cinco minutos después estábamos en frente de miles de personas de muchas partes del orbe, cargando en procesión a la Virgen de Fátima. ¿Cómo nos habíamos metido ahí? Lo ignorábamos, pero sin duda fue un gran regalo de la Virgen.
Parecía que todo estaba perfectamente planeado durante el viaje, pero muchos de los mejores momentos de esta inolvidable experiencia, incluyendo poder llevar en procesión a la Virgen, surgieron a partir de “Diosidencias” (La Providencia), como diría un amigo del padre Guillermo, quien fue nuestro guía en Madrid.
Por ejemplo, ya en Lisboa, teníamos planeado ir a la torre de Belén inicialmente por tren, pero por un despiste nos salimos antes de la estación del metro y terminamos yendo por bus y luego caminando. Justo cuando estábamos en esa travesía, pasó el Papa Francisco en un auto y pudimos verlo bastante cerca unos momentos, claramente no teníamos pensado esto, y como estaba yendo despacio, si corrías podías seguirle el paso. En ese momento, personas de todas las edades se esforzaban para seguirle el paso y se veía cómo los más mayores rejuvenecían, incluido el padre Guillermo, quien nos acompañaba en el grupo del Club Saeta, quien no paraba de correr y gritar con entusiasmo “¡Viva el Papa!”.
A pesar de haber más de millón y medio de personas, en el momento de la adoración al Santísimo hubo un silencio y adoración absoluta en la JMJ de Lisboa 2023. Más de un millón de jóvenes en silencio. Algo indescriptible.
También antes de los encuentros multitudinarios, hablamos con Antonio, quien estaba a cargo del grupo del Club Saeta, para que nos cuente cómo sería esta experiencia, ya que él ha participado en tres JMJ´s anteriores (Madrid 2011, Río 2013, Panamá 2019). Nos contaba que en el momento de adoración al Santísimo se producía un silencio total y nosotros le decíamos que era imposible; nosotros solamente habíamos visto imágenes en Youtube, el alboroto alegre que había en cada JMJ, pero dicho y hecho, a pesar de haber más de millón y medio de personas, en el momento de la adoración al Santísimo hubo un silencio y adoración absoluta en la JMJ de Lisboa 2023. Más de un millón de jóvenes en silencio. Algo indescriptible.
La JMJ nos demuestra que no estamos solos, y que hay miles de jóvenes que siguen queriendo vivir de la mejor manera posible, siguiendo a Cristo en el día a día. Esto es lo que realmente me quedó de la JMJ.
Creo que Dios quería que viviéramos todas estas situaciones para demostrarnos que no debemos tener miedo. El espíritu altamente jovial y cristiano vivido en la JMJ se contraponía a todo lo que las redes muestran sobre los jóvenes del mundo actual. La JMJ nos demuestra que no estamos solos, y que hay miles de jóvenes que siguen queriendo vivir de la mejor manera posible, siguiendo a Cristo en el día a día. Esto es lo que realmente me quedó de la JMJ.
Ya en Roma, concluida la JMJ, el Papa Francisco ha comentado que la JMJ fue “un regalo de Dios”, tras la pandemia, con lo cual “Dios dio un empujón” a los jóvenes, dando un nuevo comienzo de la gran peregrinación de los jóvenes de todos los continentes en nombre de Jesucristo.