"Se trata de hacer del Campus Bio-medico un lugar en el que se construye la cultura de la proximidad y donde se forma a la solidaridad". Así lo ha solicitado el cardenal Pietro Parolin a la comunidad de estudiantes y profesores de la Universidad romana, durante la misa celebrada con ocasión de la inauguración del Año académico.
Esta obra corporativa del Opus Dei, “impulsada gracias a una feliz intuición del beato Álvaro del Portillo” –ha recordado el purpurado-, “aun siendo una institución joven –tiene poco más de20 años-” se ha convertido ya en la ciudad en un “punto de referencia para numerosas familias, que envían aquí a formarse a sus hijos, para esos estudiantes, y para los enfermos que acuden al hospital, en el que encuentran un ambiente acogedor”.
Dirigiéndose en primer lugar a los estudiantes, el cardenal Parolin ha explicado que “un joven universitario debe tener un programa permanente para alcanzar la verdad”, programa que “requiere estudio y perseverancia” y “exige generosidad y abnegación”. Sin embargo, ha señalado, “no basta únicamente con este empeño personal”, ya “que los creyentes estamos convencidos de que antes de esos esfuerzos uno debe abrirse dócilmente a la ayuda del Espíritu Santo, que nos llevará a conocer la verdad”.
Precisamente la Tercera Persona de la Trinidad ha sido el tema central de las lecturas proclamadas durante la liturgia de la Palabra. El Secretario de Estado las ha comentado, uniéndolas a las enseñanzas de Papa Francisco, que “con su lenguaje simple y sugestivo” durante la Misa en Santa Marta el pasado 2 de septiembre de 2014, dijo: “Puede ser que alguien tenga cinco carreras universitarias, pero no goce del Espíritu de Dios. Lo que nos da autoridad, lo que nos da identidad, es el Espíritu Santo”.
Por eso, el Cardenal Parolin ha invitado a todos a “salir de nosotros mismos, dar testimonio e ir en misión, actuar con todas nuestras energías e inteligencia, para crear relaciones, iniciativas, actividades, instituciones que se conviertan en signo de la capacidad de la fe de convertirse en obras, de transformarse en caridad, de aportar un rayo de luz allí donde reina la oscuridad, de dotar de un nuevo y liberador dinamismo allí donde se acumula la infección de la indiferencia y la exclusión o la tristeza de la mediocridad”.
Esto es, ha añadido con una metáfora, similar a “la historia de Pentecostés, algo que se repite en la vida de los santos”. Del mismo modo, por medio del Espíritu, también la iniciativa del primer sucesor de san Josemaría “se ha hecho realidad gracias a las oraciones, a la generosidad y al esfuerzo de tantos, que se han tomado en serio la belleza y la responsabilidad heredadas de su bautismo, y han visto en su profesión el mejor lugar para dar testimonio de su fe”.
Tras elogiar “la alta profesionalidad, favorecida por la integración de las dos facultades de Medicina e Ingeniería con otros cursos académicos”, el cardenal ha invitado a “poner a la persona en el centro de atención, procurando poner cada día en práctica el lema del Campus Biomédico: ‘La ciencia al servicio del hombre’”. ¿Cómo hacerlo? “Tenéis esta magnífica capilla y otras tantas en los diferentes edificios. Esto os ayudará a tener vuestro primer encuentro del día con el Señor y poder seguir encontrándolo así en cada una de las personas con que os encontraréis”. De hecho “del encuentro íntimo con el Señor surge la fuerza para el servicio generoso y alegre al prójimo”.