Primer miércoles de mes, ocho de la noche. Un entusiasta grupo de matrimonios recibe un mensaje por Whatsapp: “Hola, ya pueden ingresar a la reunión de meet”. En cuestión de segundos, se logra el quórum necesario y comienzan con una Avemaría.
¿Cuál es el objetivo de la reunión? Que, como dijo alguna vez el papa Francisco, el grupo “huela a oveja”, a través de su rol como guías en el programa “Catequesis Familiar” que ofrece el Colegio “Los Álamos” de Lima a las familias cuyos hijos van a hacer la Primera Comunión.
“La Catequesis Familiar es un estupendo instrumento con que cuenta el Colegio, para trabajar conjuntamente con los padres en la formación integral de sus hijos"
“La Catequesis Familiar es un estupendo instrumento con que cuenta el Colegio, para trabajar conjuntamente con los padres en la formación integral de sus hijos: incidiendo en la dimensión más profunda de la formación, en cuanto son hijos de Dios; en la forma más efectiva, al ser los padres los formadores, y colaborando en la edificación de la Iglesia doméstica en cada hogar”, dice el padre Ernesto Yamaguchi, capellán de “Los Álamos”.
Sorteando pandemias y veranos
El COVID-19 asomaba por el mundo cuando el padre Ernesto convocó a algunos matrimonios del Colegio para proponerles el reto de convertirse en catequistas de los padres de segundo y tercer grado de primaria. ¿No bastaba con preparar a los niños? No. Papá y mamá son los primeros educadores de sus hijos, y hacía falta que ellos también se comprometieran a ser mejores cristianos, para abrir su corazón a Dios Eucaristía.
Durante el verano del 2020, el grupo de matrimonios se capacitó a través de BeCaT, plataforma online que ofrece cursos de formación para catequistas, así como recursos didácticos interactivos. Obtuvieron sus respectivos diplomas tras jornadas de estudio y aunque la pandemia llegó al Perú, cerrando hogares y escuelas, las clases continuaron por la vía virtual, incluida la catequesis para los padres de familia.
“Como familia, estamos muy agradecidos al Colegio “Los Álamos”, dado que nos ha permitido crecer en la fe y acompañar a nuestro hijo en su formación cristiana y preparación para recibir a Cristo a través del sacramento de la Eucaristía. Durante todo lo que quede del año, seguiremos recibiendo los conocimientos y enseñanzas que nos permitirán ser mejores cristianos”, comenta Semirames Espinoza, mamá de tercer grado, cuyo hijo Gian Piero realizó la Primera Comunión hace unos días.
Y la familia creció
Este año, un nuevo grupo de catequistas se sumó para atender a los niños que este año cursan el segundo grado de Primaria. Tal como la “promoción 2020”, debían recibir la preparación respectiva.
Como anécdota, los “mayores” pidieron que, a modo de examen final, dieran una clase de catequesis teniendo como jurado a Jorge Rodríguez, miembro del primer grupo que tiene una maestría en Teología.
-Padre Ernesto… ¡que Jorge los califique! Es lo justo.
Los “nuevos” temblaron, no sabían a ciencia cierta quién era Jorge, pero les sonaba un personaje muy estricto y exigente. El padre Ernesto, se negó a asustar así a los “pequeños” y más bien, pidió a los del primer grupo que los apoyaran.
"Se nota la acción del Espíritu Santo, el agradecimiento de cada familia y la sed de profundizar en su formación para ser, como el Santo Padre señala, los primeros maestros en la fe de nuestros hijos”
“Fue un honor que el Colegio pensara en nosotros para ser guías del programa de Catequesis Familiar. Mi esposo y yo sentimos la gran responsabilidad de llevar a cada hogar el mensaje de Dios. Las primeras sesiones estuvieron cargadas de nerviosismo, pero también de mucha ilusión. Se nota la acción del Espíritu Santo, el agradecimiento de cada familia y la sed de profundizar en su formación para ser, como el Santo Padre señala, los primeros maestros en la fe de nuestros hijos”, cuenta Ana María Campos, parte del grupo de catequistas.
Mariana Villalba, quien coordina el desarrollo de la Catequesis Familiar con los gestores de la plataforma BeCat (España), puntualiza: “Es una manera de devolver a los padres la oportunidad de acercar a sus hijos a Dios, logrando que recuerden por siempre que fueron preparados por sus padres para su Primera Comunión y trascendiendo en sus propias familias”.