Todavía queda en el recuerdo aquella especial ceremonia en San Pedro el 6 de octubre de 2003, cuando Su Santidad Juan Pablo II declaraba santo a Josemaría Escrivá de Balaguer, ante una multitud de más de 300 mil personas. En aquella ocasión, además de la delegación de peruanos, un grupo de 60 jóvenes peruanos participaba en la ceremonia como voluntarios encargados de la organización del evento.
Esta vez fueron alumnos del Colegio Los Alamos, quienes colaboraron con los detalles del arreglo y orden de la Misa. Además de Mons. Passigato y Mons. Cipriani, participaron en la concelebración: Mons. José Antonio Eguren y Mons. Carlos García, Obispos Auxiliares de Lima, y Mons. José Luis López-Jurado, Vicario Regional del Opus Dei en el Perú.
Al final de la Misa, Mons. Cipriani bendijo al público asistente con una reliquia de San Josemaría.
En todo el Perú
En muchas ciudades del interior del país se realizaron Misas de homenaje a San Josemaría Escrivá, Fundador del Opus Dei, un santo que visitó nuestro país en 1974.
Piura
El coro de la Universidad de Piura, de cien voces, le da realce a la ceremonia litúrgica en honor de San Josemaría, Fundador de la Universidad. Casi anochece. La Misa se desarrolla frente a la Ermita, rodeada de algarrobos, en el recientemente reforestado Campus de la universidad. Preside la celebración Mons. Oscar Cantuarias, Arzobispo de Piura.
Arequipa
La Catedral de Arequipa luce restaurada, tras el terremoto que derrumbó una de sus torres principales. El sillar blanco, piedra volcánica con la que está construida la Catedral es el marco en torno a la celebración de San Josemaría, que preside Mons. Luis Sánchez-Moreno, Arzobispo de Arequipa.
En su homilía, Mons. Sáchez-Moreno, citando a San Josemaría, dijo que cuando no intentamos descubrir después de algo que nos sale mal la mano bienhechora y misericordiosa del Señor, el alma se llena de penumbras de triste oscuridad , se cree perdida. La imaginación, entonces, inventa obstáculos que desaparecerían si mirásemos con un poquito de humildad. El alma se mete en tortuosos calvarios. En esos calvarios en los que no está Cristo; porque donde está el Señor se goza de paz y de alegría, aunque estemos en carne viva y rodeados de tinieblas.
Las enseñanzas de San Josemaría, con palabras llenas de sabiduría y de belleza, son para quienes le conocen y le oyen de corazón un especial motivo de esperanza, un aliento hacia la bendita docilidad a Dios en el trabajo cotidiano, un empujón íntimo para transformar la vida en ocasión de encuentro con el Señor; para desde el medio de la calle llevar almas a Dios; para con empeño serio informar al mundo con el espíritu y la alegría de Cristo.
Lo suyo era una alegría constante, permanente: "has de procurar escribía que, donde estés, haya ese ‘buen humor’ que es fruto de la vida interior".
Precisamente porque buscaba la conversión de todo en un encuentro amoroso y confiado con Dios, el Decreto de Roma sobre sus virtudes heroicas, llegó a llamarle "contemplativo itinerante".
Huancavelica
A 3800 metros sobre el nivel del mar, lo más característico de Huancavelica puede ser el frío. Quizá por ello, la Misa de San Josemaría es más temprano que en otras ciudades: a las cinco y media de la tarde. Mons. Demetrio Molloy, autor de la traducción de la Sagrada Biblia al quechua, dirige unas palabras en quechua y castellano al pueblo que se congrega en la catedral de Huancavelica.
Otros lugares
Otro tanto se podría decir de las Misas de Chiclayo, Abancay, Cuzco, Trujillo y Huancayo, y de tantos otros lugares, donde fieles de toda condición se hicieron presente dando testimonio de devoción a San Josemaría Escrivá.