El cuadro de Mariana
Una infancia difícil, una tragedia familiar, una fuerte depresión fueron las sombras del cuadro de Mariana, al que Dios agregó unas “luces” que le permitieron salir adelante y ayudar a muchos.
Francisco se tatúa la santidad en el alma
De adolescente gamer a estudiante apasionado. Francisco entró en la universidad y su vida dio un vuelco hacia los libros, la filosofía y la mujer de su vida. Al dejar el puesto de alumno y emprender su carrera como catedrático, Dios se metió en su camino.
Llamados a ser santos
El Opus Dei ayuda a encontrar a Cristo en el trabajo, la vida familiar y el resto de actividades ordinarias.
«La santidad laical es santidad en el trabajo y en toda la vida»
En las últimas décadas, la Iglesia ha impulsado procesos de beatificación de laicos que no son mártires y que vivieron su fe en las cosas normales de la vida. Son parte de lo que el Papa Francisco llama “los santos de la puerta de al lado”.
Dar más sin ser héroes
Ser santos es “dar lo mejor de uno mismo” y, al mismo tiempo, darse cuenta “de que al final siempre es Dios quien lo hace todo”. Texto sobre la santidad que nos pide el Señor.
Luz para ver, fuerza para querer
Mons. Fernando Ocáriz escribe en el periódico La Estrella de Panamá un artículo con motivo del próximo sínodo de obispos, que tratará sobre «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
Libro electrónico «Gaudete et Exsultate»
Descargue el libro electrónico «Gaudete et Exsultate», la exhortación apostólica del Papa Francisco sobre el llamado a la santidad. En formatos ePub, Mobi y PDF.
¿Se puede ser santo en la vida diaria?
El Papa Francisco continuó con su catequesis sobre la esperanza y habló sobre la intercesión de los santos, que nos ayudan a seguir nuestra vocación, también en los momentos difíciles.
Constitución Dogmática 'Lumen gentium'
Concilio Vaticano II. Extracto del documento conciliar (Cap. V, nn. 41 y 42) que trata sobre la llamada universal a la santidad, mensaje que difunde el Opus Dei.
“Hemos de gastarnos diariamente con Él”
¡Qué contento se debe morir, cuando se han vivido heroicamente todos los minutos de la vida! –Te lo puedo asegurar porque he presenciado la alegría de quienes, con serena impaciencia, durante muchos años, se han preparado para ese encuentro. (Surco, 893)