
Una propuesta laboral un 26 de junio
Comencé la novena de trabajo a san Josemaría luego de unas negociaciones fallidas.
"Siente cada día la obligación de ser santo. –¡Santo!, que no es hacer cosas raras: es luchar en la vida interior y en el cumplimiento heroico, acabado, del deber".(San Josemaría)
Comencé la novena de trabajo a san Josemaría luego de unas negociaciones fallidas.
Hace un mes, mis hijos y una de mis hermanas enfermaron de coronavirus, pero fue especialmente grave en el caso de mi hermana y de mi hija. Acudimos a San Josemaría para que intercediera ante Dios y volviera la salud en mi familia.
En estos agitados meses de pandemia el negocio no veía la luz del faro para seguir adelante.
Desde hace unos meses empecé a trabajar desde mi casa. Un dia la imagen del computador empezó a fallar, se lo encomendé a san Josemaría.
Tuve que enfrentar una seria dificultad porque mi esposo y mi madre tuvieron una discusión fuerte; el tema fue de tal magnitud que me quedé "entre la espada y la pared", con un serio disgusto con ambos y poniendo en riesgo mi matrimonio y la relación con mi mamá.
En un primer momento nos habían dicho que teníamos que esperar un año. Gracias a la intercesión de san Josemaría se anuló una cita.
Un conocido muy querido se vió obligado a vender un inmueble para saldar un asunto económico, pero no lo conseguía. Mientras tanto, otro amigo se enfrentaba a unos inquilinos que desde hace un año no pagaban el arriendo y se estaban apropiando del apartamento.
Por error una amiga sacó su sueldo del banco en moneda local en lugar de dólares, lo que suponía perder la mitad de su valor. Después de varias negativas, el banco le solucionó el problema.
Necesitaba recuperarla urgentemente, así que se lo pedí a san Josemaría y al llegar a mi casa me encontré con un mensaje en Instagram que la habían encontrado.
Salieron de El Salvador por amenazas de muerte... tres años más tarde, tras varios intentos fallidos para recibir asilo político, les llamó la Policía.
A mediados de 2018, la crisis socio política de Nicaragua les obligó a tomar la decisión de salir del país. Y se encontró con un muro: nadie quería contratarle. Entonces rezó la novena del trabajo de san Josemaría.
Después de someterse a unas pruebas médicas y rezar a san Josemaría, los médicos descartaron que mi hija tuviera la misma enfermedad que yo.