Nuevos Mediterráneos (III): «Desde la Llaga de la mano derecha…»
Meternos en las llagas de Cristo: dejarnos tocar por el Amor de Dios, y tocar a Dios en quienes sufren. Un camino de contemplación y compasión.
Abrazar el mundo con la oración: el salmo 2
Considerar la filiación divina –ser hijos de Dios en Cristo por el bautismo– constituye el fundamento de toda la espiritualidad del Opus Dei. Compartimos algunas reflexiones inspiradas en el salmo 2, oración que san Josemaría deseaba que en la Obra se rezara y meditara el martes para alentar este espíritu filial.
Conocerle y conocerte (XIII): No se discurre, ¡se mira!
La oración contemplativa desarrolla una nueva manera de mirar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Es un don que satisface nuestro deseo natural de unirnos a Dios en las circunstancias más diversas.
Conocerle y conocerte (XII): Almas de oración litúrgica
Algunas consideraciones de san Josemaría que nos puede ayudar a unirnos más a Dios y a la Iglesia en las distintas acciones litúrgicas.
Conocerle y conocerte (XI): Sois una carta de Cristo
La relación con Dios en nuestra oración está íntimamente unida a todas nuestras acciones en la vida cotidiana. Lo señaló Jesús en su predicación y lo recordaba siempre san Josemaría.
Conocerle y conocerte (X): Jesús está muy cerca
San Josemaría hablaba de un "quid divinum" -algo divino- que podemos descubrir a nuestro alrededor y en las cosas que hacemos. Entonces, se nos abre una nueva dimensión en la que compartimos todo con Dios.
Conocerle y conocerte (IX): No temas, que yo estoy contigo
A lo largo de nuestra vida de oración también aparecerán dificultades o dudas. Hay muchas razones para pensar que en esos momentos Dios está especialmente cerca.
Conocerle y conocerte (VIII): En el tiempo oportuno
Dios nos hace experimentar nuestra oración de la manera que más nos conviene en cada momento. Santa Isabel es un testimonio de cómo la paciencia y la constancia se transforman en una plena alegría.
Conocerle y conocerte (VII): Buscando la conexión
Las palabras que utilizaba san Josemaría al iniciar o terminar su oración pueden también servirnos de guía para la nuestra.
Conocerle y conocerte (VI): Un lenguaje más poderoso
Dios habla en voz baja, pero constantemente; en la Sagrada Escritura -especialmente en los Evangelios- y también a través de nuestro interior.
Conocerle y conocerte (V): Cómo nos habla Dios
El lenguaje de la oración es misterioso: no podemos controlarlo pero, poco a poco, experimentamos que cambia nuestro corazón.
Conocerle y conocerte (IV): Cuando sabemos ponernos a la escucha
La vida de Moisés nos enseña que, para cumplir la misión a la que estamos llamados, necesitamos ser transformados por el Espíritu Santo a través de la escucha de Dios en el diálogo filial con Él.
Conocerle y conocerte (III): En compañía de los santos
Para aprender a orar pueden servirnos de ayuda aquellos hombres y mujeres que lo hicieron durante su vida: los santos. De manera especial, santa María.
Conocerle y conocerte (II): De labios de Jesús
En este segundo editorial de la serie se considera la iniciativa de Dios en la oración, que acude al encuentro del hombre y educa su corazón para que pueda entrar en relación con Él y descubra su condición de hijo amado de Dios.
Conocerle y conocerte (I): Robar el corazón a Cristo
El buen ladrón con una palabra robó el corazón a Cristo y abrió las puertas del Cielo. Así es la oración: una palabra que roba el corazón a Jesús y nos permite vivir, desde ese momento, junto a Él.
Para mí, vivir es Cristo (II): caminos de contemplación. Unidad entre oración y evangelización
Adentrarse por caminos de contemplación significa dejar obrar al Espíritu Santo para que Él refleje en nosotros la faz de Cristo en todas las situaciones de nuestra vida.
Para mí, vivir es Cristo (I): en la alegre esperanza de Cristo. La fe en el Amor de Dios
Dejarnos tocar por el amor de Dios, dejarnos mirar por Cristo: la esperanza nos abre un mundo, porque se basa en lo que Dios quiere hacer en nosotros.
«Dale gracias por todo, porque todo es bueno»
Agradecer, ante lo bueno y ante lo malo, es saberse siempre querido por Dios: gracias por estar aquí a mi lado; gracias porque esto te importa.
Nuevos Mediterráneos (V): «A Jesús, por María»
San Josemaría rezaba a la Virgen desde pequeño; de mayor descubrió más: se encontró en los brazos de una Madre, tan cercana como lo es el Cielo.
Nuevos Mediterráneos (IV): «No hable: óigale»
San Josemaría «descubre» al Espíritu Santo a través de un sencillo consejo, que también puede iluminar nuestra vida espiritual.
Nuevos Mediterráneos (II): «Jesús es mi amigo entrañable»
San Josemaría se supo siempre acompañado por Jesús, el «Gran Amigo» que comprende nuestras preocupaciones y zozobras, porque Él «es hombre también».