“El dolor de corregir”
Se esconde una gran comodidad –y a veces una gran falta de responsabilidad– en quienes, constituidos en autoridad, huyen del dolor de corregir, con la excusa de evitar el sufrimiento a otros. Se ahorran quizá disgustos en esta vida..., pero ponen en juego la felicidad eterna –suya y de los otros– por sus omisiones, que son verdaderos pecados. (Forja, 577)
El santo, para la vida de tantos, es "incómodo". Pero eso no significa que haya de ser insoportable.
–Su celo nunca debe ser amargo; su corrección nunca debe ser hiriente; su ejemplo nunca debe ser una bofetada moral, arrogante, en la cara del prójimo. (Forja, 578)
Por lo tanto, cuando en nuestra vida personal o en la de los otros advirtamos algo que no va, algo que necesita del …