En Panamá, Santa Misa en honor de San Josemaría

En la céntrica iglesia del Carmen de la ciudad de Panamá, tuvo lugar la Santa Misa en honor de San Josemaría, en la solemnidad litúrgica de su fiesta, el 26 de junio de 2010.

En la céntrica iglesia del Carmen de la ciudad de Panamá, tuvo lugar la Santa Misa en honor de San Josemaría, en la solemnidad litúrgica de su fiesta, el 26 de junio de 2010. Con una numerosa asistencia, a las 11:00 a.m. presidió la Eucaristía Mons. Audilio Aguilar Aguilar, Obispo de la diócesis de Colón-Kuna Yala, de la región del Caribe; concelebraron con él varios sacerdotes.

En la homilía, Mons. Aguilar se centró particularmente en el mensaje difundido por San Josemaría acerca de la santidad en la vida ordinaria del cristiano, en el lugar que le corresponde en el matrimonio, la familia, la profesión, en la responsabilidad de ordenar una sociedad más justa. Después de hacer un breve relato de la biografía del Santo Fundador, citó algunos pasajes de la predicación recogida en las Homilías ya publicadas.

Mons. Aguilar, en sintonía con el Santo Padre Benedicto XVI, llamó con fuerza a vivir en la gracia de Dios y luchar como cristiano, no sólo contra el pecado mortal sino también contra el pecado venial deliberado, acudiendo al sacramento de la penitencia. Al término de la Misa, agradeció a la Prelatura del Opus Dei y a su Prelado el servicio que también presta a su diócesis.

Cada año acuden a la Santa Misa en la solemnidad de San Josemaría personas que se acuerdan por diversos medios. Como aquel joven, que reclamaba amablemente a su amigo no haberle avisado, pues hacía algunos meses acordaron que le invitaría a actividades de formación cristiana de la Prelatura: su amigo quedó muy conmovido y… “¡ahora, sí!”. Por otra parte, la madre de otro muchacho, en voz baja,  le iba haciendo comentarios a su hijo, a medida que se desarrollaba la homilía del obispo para entender mejor los rasgos del espíritu de San Josemaría a los que hacía referencia.

El coro acompañó  la música sagrada los diversos momentos de la liturgia, manifestando cómo ayuda a elevar el corazón al Señor que se hacía presente en la Palabra y en el Pan.