«Mis años de trabajo junto al beato Álvaro»
El 11 de marzo de 1914 nació Álvaro del Portillo. Y el 11 de marzo de 1954, el redactor de este artículo —don Iñaki Celaya—, le conoció en Roma. Don Iñaki fue rector del Colegio Romano y más tarde director espiritual del Opus Dei. Ahora publicamos algunos recuerdos de sus años de trabajo junto al beato Álvaro.
Una "misión imposible"
Tras varios intentos frustrados, gracias a la ayuda de Guadalupe conseguí la beca para mis estudios universitarios.
Don José Luis Múzquiz, «un gran agente inmobiliario»
Don José Luis Múzquiz aprendió a sortear las dificultades de conseguir las primeras casas del Opus Dei en Estados Unidos. Su tarea parece no haberse interrumpido, pues ha seguido ayudando a diversas personas en situaciones similares. Recogemos dos historias.
De Toni a Toni, la oración de un hijo por su padre
Un relato entre homónimos, «Dios nos llama por nuestro nombre, nos ama personalmente», afirma el Papa Francisco. Dios también actúa traves de los santos.
Arturo Álvarez, mexicano: un profesor universitario con fama de santidad
Mexicano, catedrático de Química y fiel agregado del Opus Dei. Muchos destacan su amabilidad y disponibilidad con todos. Su proceso diocesano se abrió recientemente en Guadalajara (México).
Mi nuevo amigo se llama Isidoro
Había oído hablar hace años de Isidoro Zorzano, pero nunca me había detenido en su vida como hasta ahora.
Retrato hablado: Arturo Álvarez del aula al altar
El Inge Arturo, como se le conocía, tenía el compromiso de enseñar, no sólo en la labor docente, sino fuera de aulas, en la vida espiritual y humana; es el primer mexicano miembro del Opus Dei en proceso de canonización.
Ser enfermo es un gran trabajo
Cuando el horizonte laboral se comienza a cerrar, la fe y la oración abren otros panoramas.
Un favor entre colegas médicos
En u momento de extrema angustia y preocupación por la salud de mi madre recé a Edurado Ortiz de Landázuri.
El mes más decisivo de mi vida
Solo desde la óptica divina se entienden que los obstáculos sean canales por los que Dios nos quiere hablar. Y para sortear esas dificultades, los santos son un gran apoyo. En este relato, el doctor Cofiño acompaña a enfrentar una crisis matrimonial y una enfermedad inesperada.