Santa Misa por la fiesta de San Josemaría en Managua, Nicaragua.

El Sr. Nuncio Apostólico en Nicaragua, Mons. Henryk Nowacki celebró la Santa Misa en la fiesta de San Josemaría el pasado 26 de junio de 2009.

El Sr. Nuncio Apostólico en Nicaragua, Mons. Henryk Nowacki celebró la Santa Misa en la fiesta de San Josemaría el pasado 26 de junio de 2009.

El templo de Santo Domingo de las Sierritas en Managua se encontraba lleno de centenares de fieles, alegres de encontrarse cada año en esta cita con el “santo de lo ordinario” como le llamó Juan Pablo II, muy recordado durante toda la ceremonia, entre otras cosas por la cercanía de Mons. Henryk al Pontífice anterior por el mucho tiempo que estuvo trabajando en la Secretaría de Estado del Vaticano.

El coro de la parroquia de San Agustín, que se hace llamar “coro de San Agustín y San Josemaría” cantó la “misa de Angelis”, pero sorprendió a todos cantando durante la procesión de entrada, a lo largo de toda la nave, el Himno pontificio, que unió aún más a los asistentes al Santo Padre Benedicto XVI en la persona de su Nuncio Apostólico en Nicaragua.

Una gran fotografía del Fundador del Opus Dei fue colocada precisamente en un lugar lateral del presbiterio, coincidiendo con la del Santo Cura de Ars, que con motivo del Año sacerdotal ha sido colocada en todas las parroquias de la Arquidiócesis. En la oración de los fieles se pidió expresamente por intercesión de San Josemaría por la santidad de los sacerdotes. Algunos recién ordenados concelebraron esta Eucaristía.

El apostolado discreto pero eficacísimo de los fieles de la Prelatura fue una de las ideas que Mons. Henryk más enfatizó. Un apostolado que está basado en la oración, rememorando el punto 82 de Camino: “Primero, oración; después expiación; en tercer lugar, muy en tercer lugar, acción”. Con gran cariño comenzó su homilía recordando que estuvo presente en la plaza de San Pedro, en Roma, durante la beatificación del fundador del Opus Dei en 1992. Animó a tener coraje en el itinerario hacia la santidad a la que “todos” estamos llamados.

Al finalizar la Misa muchos de los presentes, de manera espontánea, quisieron acercarse para saludar al Sr. Nuncio. Max le enseñaba unas fotografías de su familia junto al Papa; Alejandro y su novia le pidieron una bendición para su noviazgo; el pequeño Jesús Agustín, que acababa de hacer su Primera Comunión le dio un abrazo conmovedor; Doña Norita se presentó como una de las primeras mujeres del Opus Dei en Nicaragua, recibiendo muchas felicitaciones del representante de Su Santidad al comprobar cómo esa pequeña semilla se había desarrollado.

Igualmente se celebraron Misas en honor de San Josemaría en distintas ciudades del país.

En León destacaba la cantidad de jóvenes que se hicieron presentes en la iglesia de San Sebastián, templo que se encarga de la pastoral universitaria de la diócesis de León. Al finalizar la Misa se proyectó una filmación de un encuentro de San Josemaría con familias.

En la Basílica de Diriamba fueron las profesoras y las alumnas del vecino ITAES (una labor que impulsa el Opus Dei en Diriamba, para la promoción de la mujer) las que dieron colorido alegre y entusiasta a la fiesta. Muchas de ellas afirmaban que el mensaje del Opus Dei, siendo tan viejo como el Evangelio, utilizando las mismas palabras del Fundador, para ellas es nuevo porque es un descubrimiento el encontrar a Dios en la cocina, en el taller, en el dispensario, en el aula…