Recé estampas sin parar y sanó a mi hija

Viuda. Una hija con Linfoma de Hodgkin. Un viaje a un hospital norteamericano y una intervención de san Josemaría.

Hacía años que mi esposo había fallecido. Durante esos años yo había hecho de padre y de madre para mis tres hijos, pero especialmente para mi hija, que es la menor de todos. Ella cursaba su último año de medicina, a punto de graduarse.

De repente le comenzaron unos síntomas por los que tuve que llevarla al médico para revisión. Le diagnosticaron Linfoma de Hodgkin en el mediastino. Le dieron radio y quimioterapia antes de hacer la segunda biopsia, la cual volvió a salir positiva para Hodgkin. El cirujano me aconsejó viajar a Houston para buscar algún tratamiento alternativo más avanzado, ya que él no podía hacer más.

Comenzaron unos síntomas por los que tuve que llevarla al médico para revisión. Le diagnosticaron Linfoma de Hodgkin en el mediastino

Saqué pasaje para la cita en Houston y regresar a Puerto Rico. Cuando el médico la vio, dijo que tendríamos que permanecer allí al menos tres meses. Realizarían primero una biopsia abierta del mediastino y luego trasplante de médula. Yo tendría que cerrar mi oficina dental durante ese tiempo. Pero lo peor para mi hija era pensar que no se podría graduar con su grupo de amigos. Ella no parecía entender la situación. El doctor dijo que tendría que descansar al menos seis meses. Esto la tenía rebelde.

Una amiga en Puerto Rico me había regalado una estampa del Josemaría Escrivá de Balaguer pero yo nunca la había rezado. El día anterior a la cita para la lectura de la patología, no aguantaba los nervios. Mientras buscaba en mi cartera, me sorprendió la estampa con el retrato de san Josemaría. Sus ojos se me clavaron como si estuvieran mirándome. Esto me produjo una confianza y una alegría mucho más grandes que si me hubiera tocado la lotería. En ese momento comencé a rezar la oración de la estampa sin parar. Así pasé varias horas sin darme cuenta, hasta que el sonido del teléfono me interrumpió como a las nueve de la noche. Era domingo. El doctor estaba llamando para darnos la sorpresa. Inexplicablemente la biopsia había salido negativa. Fue un milagro de san Josemaría.

El doctor estaba llamando para darnos la sorpresa. Inexplicablemente la biopsia había salido negativa

Pero además hizo que mi hija se graduara de médico con su grupo sin atrasarse, ya que sus amigos, mientras se recuperaba, iban todos los días a estudiar con ella a casa y le repasaban los apuntes. Desde entonces rezo su estampa a diario y difundo su devoción entre mis pacientes y amigos.

C. M. H., Puerto Rico