Viaje del prelado del Opus Dei a Galicia, Castilla y León y Asturias

Del 1 al 6 de julio, Mons. Fernando Ocáriz ha participado en encuentros con diferentes grupos de personas -familias, enfermos, miembros del Opus Dei y amigos-, en Galicia, Castilla y León y Asturias. Además estuvo con varios obispos y concelebró la misa en las catedrales de Santiago y Oviedo.

Santiago 1 de julio - Santiago 2 y 3 de julio - Valladolid 4 y 5 de julio - Oviedo 6 de julio 


Oviedo, 6 de julio

“Los nuevos lugares desde los que hay que predicar el Evangelio no están sólo en las iglesias, ni en las sacristías: son la calle, el mundo del trabajo, de la política, de la cultura, de las leyes, de la familia, todo el riquísimo y variado entramado de la existencia del hombre corriente”. Así se pronunció el prelado del Opus Dei, mons. Fernando Ocáriz, en el transcurso de la homilía de la misa que concelebró el pasado miércoles, 6 de julio, en la Catedral de Oviedo.

Presidida por el arzobispo de la diócesis, Jesús Sanz Montes, la misa fue concelebrada por medio centenar de sacerdotes y contó con la asistencia de unas 1.500 personas: asturianos en su mayoría, pero también provenientes de las comunidades autónomas más cercanas. D. Jesús Sanz, al saber de su visita pastoral al noroeste de España, le invitó a una solemne concelebración en la Catedral que acaba de conmemorar los 1.200 años de su dedicación al Salvador y a los doce apóstoles.

Tras un encuentro privado de casi media hora de duración, el prelado de la Obra y el Arzobispo accedieron a la Catedral a través del claustro. Y a las ocho, acompañados de los acordes al órgano de “Pueblo de Reyes”, interpretado por el Coro Harmonía, de Gijón, hacía entrada la procesión.

Al inicio de la ceremonia, D. Jesús manifestó su gratitud por la visita: “El hecho que Vd. haya accedido a concelebrar conmigo y a dirigirnos luego su palabra de padre nos llena de gozo y se lo agradecemos de corazón”.

Mons. Sanz hizo hincapié en “el regalo eclesial del legado carismático de san Josemaría”. Añadió que “la presencia del Opus Dei en nuestra Archidiócesis es capilar”, y aludió a los hombres y mujeres que “ejercen sus profesiones diversas con gran competencia en una preciosa aportación a la sociedad y a la comunidad diocesana en el campo de la docencia, de la sanidad, de los medios de comunicación, de la judicatura y abogacía, de la economía y la empresa, con un largo etc. lleno de beneficio”. El arzobispo de Oviedo expresó sus condolencias por el reciente fallecimiento de José Ocáriz, hermano de D. Fernando, por quien se ofreció la santa misa.

La Catedral de Oviedo acaba de conmemorar los 1.200 años de su dedicación al Salvador y a los doce apóstoles

El prelado de la Obra, comenzó su homilía haciendo alusión al evangelio de la Misa —votiva de san Josemaría— donde un gentío se agolpaba a los pies de Jesús para escuchar su palabra: “También hoy como entonces, Jesús se encuentra a la orilla del inmenso mar de la historia humana. Los hombres de todo tiempo sienten nostalgia de Dios. El hombre sigue buscando a Dios —con frecuencia inconscientemente— y Dios no se cansa de buscar al hombre”.

Siguiendo el texto evangélico, donde Jesús se sube a la barca de Pedro pidiéndole que se alejara de la orilla, el prelado animó a “testimoniar con coraje y sin complejos la fe que profesamos”, y dibujó los rasgos de la vocación apostólica de todos los cristianos, alentando a remar mar adentro con esperanza, sin caer en un pesimismo indolente: “Todos vosotros, y de una manera especial los jóvenes, tenéis que recoger y actualizar esa misión de transformar la sociedad, potenciando todos los aspectos positivos que tiene nuestro mundo moderno”.

El arzobispo de la diócesis, Jesús Sanz Montes, saluda al prelado del Opus Dei

Mons. Ocáriz terminó sus palabras pidiendo la intercesión de la Santina, como cariñosamente llaman los asturianos a la Virgen de Covadonga, su patrona, a la que el prelado de la Obra visitó el 13 de julio de 2018, con motivo del Centenario de su coronación canónica.

En las preces no faltó una plegaria por los afectados por la guerra y los “descartados” de la sociedad , y también hubo un recuerdo para mons. Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo durante casi 33 años (1969-2002) y presidente de la Conferencia Episcopal Española entre 1981 y 1987, recientemente fallecido.

Al final de la eucaristía, el arzobispo se despidió insistiendo al prelado del Opus Dei en que vuelva pronto. La ceremonia terminó con un caluroso y agradecido aplauso de todos los asistentes.

En la mañana del jueves, mons. Ocáriz predicó una meditación y celebró la misa a algunas personas de la Asociación Torla, de Oviedo, dedicada al impulso de actividades de formación humana y cristiana para jóvenes, y después emprendió viaje hacia Barcelona.


Valladolid, 4 y 5 de julio

En la tertulia del día 4, el Prelado comenzó su intervención pidiendo oraciones por el Papa y sus intenciones y también por la Iglesia y por las guerras. Insistió más adelante en este asunto.

Muchas de las intervenciones buscaban soluciones prácticas ante la dificultades que se presentan al vivir hoy la fe. También refirieron al Prelado algunas iniciativas promovidas por fieles de la Obra. Mons. Ocáriz comenzó animando a los asistentes a tener una fe muy grande en el Señor y también fe en el amor que Dios tiene a cada uno de nosotros.

Javier, profesor universitario de Literatura en Salamanca y poeta, le contó algunas historias sobre la residencia de estudiantes de esta ciudad de tanta tradición universitaria. El Prelado le animó a que esos universitarios se formaran bien para poder ayudar a muchas personas: “Que pidan luz para tener ideas para ayudar; y también fuerzas para no tener respetos humanos”.

El prelado del Opus Dei con una familia

Ignacio, un médico anestesiólogo que vive en Santander y es padre de ocho hijos, le contó que desde hace doce años dirige una empresa de innovación para profesionales sanitarios. Junto con otros colegas, durante la pandemia diseñó unos hisopos-bastoncillos para las pruebas PCR mediante impresión 3D y los pusieron en código abierto a disposición de todos los hospitales del mundo. Ahora se están fabricando en 40 países y se han producido más de un millón de modelos. Le manifestó al Prelado que esa iniciativa se debía a que estaba procurando vivir lo que ha aprendido de san Josemaría: a “santificar el trabajo, santificarse en trabajo y santificar a los demás con el trabajo”.

Los encuentros tuvieron lugar en el polideportivo del Club juvenil y deportivo Niara

Ramón, que regenta una residencia de mayores, contó al Padre que le han nacido trillizas. Cuando el médico comunicó la noticia, la primera pregunta fue si querían abortar. “Ante la respuesta negativa de mi mujer -explicó- creo que el médico respiró aliviado”. El Prelado le animó a defender siempre la vida, “frente a la ley del más fuerte”, sin agresividad.

Javier, que trabaja en la administración de justicia en Asturias, contó al Prelado que se reúne habitualmente con amigos suyos para tratar temas de pensamiento y actualidad: comparten inquietudes, pero con opiniones muy diversas. Mons. Ocáriz le animó a querer a cada persona, más allá de querer “convencerles”.

Estudiantes de Valladolid, Palencia, Burgos y Salamanca

Pablo es un estudiante de enfermería en Palencia. Contó al Prelado que al ver una serie que hablaba del Opus Dei, buscó en internet información sobre la Obra y le gustó la idea de poder ser santo en medio del mundo con el propio trabajo. Entonces escribió a la página web de la Obra para contactar con alguien. “Seis años después, esta Semana Santa, pedí la admisión como agregado, así que doy muchas gracias a Dios por ese regalo”. Mons. Ocáriz le comentó que el descubrimiento de la vocación es un gran bien y el bien es de suyo difusivo.

El último en intervenir fue Chema, padre de once hijos, que se hicieron famosos por “el único mérito” de contagiarse todos con el covid el 14 de marzo de 2020, justo cuando empezó la pandemia. Contó cómo muchos medios de comunicación se hicieron eco de la noticia y que les sucedieron muchas anécdotas: “se podrían resumir en la admiración que despierta una familia numerosa”.

El prelado del Opus Dei saludó a varias personas enfermas

Por la noche, algunos estudiantes de Valladolid, Palencia, Burgos y Salamanca que acuden a medios de formación en centros de la Obra, le agasajaron con un festival, para que el Padre pasara un rato entretenido en la casa de retiros El Rincón.

5 de julio

El día 5 de julio ha tenido dos reuniones “dialogadas”, con preguntas formuladas por las asistentes, en muchos casos precedidas por sus testimonios de vida.

Durante el encuentro con profesoras universitarias

Por la mañana intervino una madre de tres hijos e investigadora. Le contó al Prelado que hace un año y medio su marido les abandonó. Desde el principio se sintió muy apoyada por las personas de la Obra. Mons. Ocáriz, le dijo que rezaría mucho por ella, por sus hijos y por la conversión de su marido. Añadió: “No estás sola, la Providencia nos acompaña siempre, aun en el sufrimiento. Puedes transformar la pena y el dolor en algo positivo, y transmitir eso a tus hijos”.

Otra madre de familia y médico, le contó su trabajo con pacientes adolescentes que sufren enfermedades psíquicas importantes; le preguntó: “¿Qué puedo hacer para que los demás encuentren en mí la mirada y la acogida de Cristo? “Que te encuentren siempre con rostro sonriente -le animó- para que vean en ti a Jesús”.

El Prelado recordó la importancia de saberse queridos por Dios

También hubo tiempo para que un grupo de las asistentes le cantaran algunas canciones: un clásico castellano “Castilla” y una rondalla mexicana.

Por la tarde, el Prelado comenzó recordando la importancia de saberse queridos por Dios: “Contamos con la fuerza y el Amor de Dios, que quiere singularmente a cada persona, somos amados personalmente por Él”. Recordando a san Juan -“nosotros hemos conocido y creído el Amor que Dios nos tiene”-, ha explicado que es importante creer en el Amor que Dios nos tiene, que a veces no lo vemos porque hace falta fe.

Henar, madre y abuela, profesora de Filología Clásica en la Universidad de Valladolid, cuenta que después de haber vivido un proceso de conversión hacia la fe católica, sintió el deseo de dar a conocer el Evangelio a sus alumnos: “¿puede darme alguna idea para seguir ayudando a mis alumnos a acercarse a la Verdad?”. Mons. Ocáriz le contestó que “la Palabra de Dios será siempre eficaz, tiene una fuerza dinámica que comunica, a eso le puedes añadir la amistad personal”.

El día 5 de julio ha tenido dos reuniones “dialogadas”

Los temas de la conversación han sido variados. Hay gente joven que quiere respuesta para acertar en su discernimiento vocacional y para no dejarse llevar por el relativismo del ambiente. Personas mayores que preguntan por el arte de cuidar y ser cuidados. Mujeres trabajadoras y madres de familia que a veces les cuesta saber cuáles son las prioridades en cada momento. Antes de terminar el encuentro, María le agradeció al Prelado en nombre de todas haber compartido este rato con ellas.

Santiago, 2 y 3 de julio

El sábado 2 de julio, a las doce del mediodía, tuvo lugar el segundo encuentro de Mons. Ocáriz con personas del Opus Dei, bajo la carpa situada en la zona deportiva del Colegio Mayor La Estila. Los asistentes recibieron al Prelado con fuertes aplausos al son del pandeiro. Al llegar al estrado, le entregaron una capa de la tuna, bordada con los escudos de ciudades universitarias y que lucía en las cintas de colores los nombres de varios centros del Opus Dei.

En sus primeras palabras, D. Fernando manifestó su alegría por estar con tantas personas de la Obra y próximas a ella, y animó a pensar que “todos tenemos el mismo espíritu y estamos -cada uno en nuestro sitio- muy unidos por la comunión de los santos”. Recordó cómo san Josemaría también se llenaba de alegría al ver a sus hijos y a sus hijas y les animaba a ser más y a servir a la Iglesia, siempre “con la esperanza y la seguridad de que Dios nos ayuda a cada uno con fuerza y nos da la alegría para salir adelante”.

En el rato de tertulia surgieron temas variados: las redes sociales, la santificación del trabajo, la amistad y la vocación de los hijos. Hubo también ocasión para escuchar a la familia Braña, de la que habían venido tres generaciones para amenizar el encuentro con un popurrí de canciones gallegas.

Por la mañana recibió a varias familias

Ángela, que vive en A Coruña, le refirió cómo había superado dos enfermedades y manifestó su agradecimiento por el cariño de tantas personas. El Prelado, además de animarle a entender el sentido del sufrimiento, añadió que “a veces las personas tendemos sin querer a fijarnos en algo que nos preocupa o que nos hace sufrir (...) y nos olvidamos de que en eso mismo hay algo positivo, nunca todo es pura oscuridad”.

Para terminar Teresa y su hija Carmen, de Pontevedra, le regalaron unas flores que se llaman "alegrías". Mons. Ocáriz comentó que hay que esforzarse en sonreír y desterrar las caras largas. Definió el sentido del humor como “la capacidad de encontrar el lado bueno de las cosas y de descubrir el matiz divertido que nos puede ayudar a reírnos de nosotros mismos”.

Le regalaron una capa de la tuna


Con el arzobispo en la Catedral de Santiago

A las cinco de la tarde el prelado del Opus Dei concelebró la Santa Misa con el arzobispo de Santiago y ochenta sacerdotes en la catedral compostelana. El templo lucía sus mejores galas tras la restauración. Los cantos fueron interpretados por el coro vigués Montecastelo-Acacias, que ya tiene renombre internacional.

Saludo entre Mons. Fernando Ocáriz y Mons. Julián Barrio, arzobispo de Santiago

En su homilía, el Prelado pidió una mentalidad universal para acercar a muchas almas a Dios: “Se puede peregrinar de muchos modos. Sin embargo, el Camino ordinariamente se hace más alegre y llevadero en compañía. Algo similar ocurre en la vida cristiana, porque la Iglesia, Cuerpo de Cristo, es al mismo tiempo Pueblo y familia de Dios. Por eso, qué bueno es recordar que, en el camino de la vida, debemos ir con todos nuestros seres queridos, ir con toda la Iglesia, ir con todo el mundo, con mentalidad grande y universal. San Josemaría, antes de emprender el primer viaje que hizo a la tumba del Apóstol en 1938, escribió a uno de los jóvenes que trataba: «Dentro de unos días, iré a León de paso para Santiago, para ganar el Jubileo. Ya me acordaré de pedir por ti junto al Apóstol. Procura tú, en cambio, pedir por mí: dile que haga todo lo que Él quiera, cueste lo que cueste».

Recordó también a san Juan Pablo II: “Pedimos al Señor apóstoles dispuestos a ir a los confines del mundo, pero también a los «pueblos y lugares» cercanos, aquí, en Galicia, y también por toda esa Europa a la que san Juan Pablo II exhortó desde aquí justamente, junto a la tumba de Santiago, que volviera a Dios”.

El prelado del Opus Dei, durante la homilía en la Catedral de Santiago de Compostela

Finalizó su homilía pidiendo “que el Apóstol Santiago nos ayude en nuestro caminar, yendo de la mano de la Virgen, para que nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad sean cada vez más firmes y alegres”.

Antes de la homilía, una fiel de la Prelatura leyó, en gallego, la petición al Apóstol que es ya tradicional realizar en los Años Santos. Recordó que san Josemaría acudió a este lugar santo en varias ocasiones y que ahora, sus hijas y sus hijos, se sienten beneficiarios de aquellas peregrinaciones. “Desde hace 74 años de su estancia, se extiende la llamada a la santidad en la vida ordinaria por toda Galicia. Nosotros, que somos ya la segunda y tercera generación, queremos perseverar en esta aventura ilusionante. Afrontamos el primer centenario de la fundación dentro de seis años y agradecemos a Dios la semilla echada en nuestras vidas en Galicia, que permitieron recoger frutos de santidad, para el bien de la Iglesia y del mundo. Miles de fieles de la Prelatura, cooperadores y amigos han entrado en esta catedral para honrar a Dios y pedir la intercesión del señor Santiago. Renovamos ese mismo agradecimiento y esa misma petición en la Misa de hoy, acompañados del señor arzobispo y del prelado de la Obra”.

Lectura de la tradicional petición al Apóstol en los Años Santos

Después de la bendición final, el arzobispo, don Julián Barrio, quiso agradecer al Prelado y a todos los asistentes su presencia en la catedral: “De manera especial quiero agradecer a monseñor Fernando Ocáriz, prelado de la Obra, que haya querido estar esta tarde con nosotros, acompañado de tantos fieles de la Prelatura. Por mi parte también ha sido una gran satisfacción poder encontrarme con vosotros y contar con vuestro afecto. Rezaré por vosotros y por vuestras intenciones o preocupaciones. De manera especial, hoy encomiendo a los fieles de la Obra que el Señor ha llamado a su presencia. De modo particular queremos encomendar a don José, hermano de monseñor Ocáriz, a quien el Señor ha llamado a su presencia esta noche. Que el apóstol Santiago, con la intercesión de nuestra Madre Santa María y de san Josemaría, los haya acompañado al Pórtico definitivo de la Gloria”.

La ceremonia finalizó con el funcionamiento del espectacular botafumeiro, que produce particular impacto a quienes lo ven por primera vez.

No perder la esperanza

El domingo por la mañana la música de la tuna recibió al Prelado en el último encuentro que tuvo lugar en Santiago y al que asistieron más de 700 personas.

Tras saludar a los asistentes hizo referencia al Evangelio de la Misa del domingo y recordó que "Dios nos quiere muchísimo. Y quiere que colaboremos con Él, que seamos instrumentos en sus manos".

Mar, que vive en Ferrol, arrancó con la primera pregunta. Le contó a D. Fernando que es madre de 12 hijos y escritora, además de instagramer y bloguera, le regaló su último libro y le habló del café con amigas que ahora, gracias a las redes sociales, tienen ya con personas de más 50 ciudades. Además, le contó al Prelado que celebra los 25 años de matrimonio. Mons. Ocaríz le felicitó por sus años de matrimonio y por sus hijos.

Celia, que trabaja como psiquiatra en Santiago, pidió consejo para saber tratar con cariño a personas cercanas pero distantes en el modo de pensar. El Prelado le recordó que los cristianos podemos encontrar la fuerza que necesitamos en la Eucaristía.

Jessi es de Uganda y trabaja en el colegio Las Acacias en Vigo. Le contó a Mons. Ocáriz su conversión al catolicismo gracias al cariño y buen ejemplo de una amiga suya. Preguntó cómo ayudar a sus amigos y amigas a liberarse de prejuicios hacia la fe. De nuevo el Prelado recordó cómo la verdadera amistad acerca a todas las personas y así se rompen los recelos porque se transmite la propia vida, no como quien da una lección sino con nuestro cariño y amistad.

Rebeca, médico de Vigo y de la Junta directiva de un club juvenil, madre de cinco hijos, quería recibir unos consejos para impulsar mejor la formación con gente joven, consciente de la responsabilidad que tienen esas tareas, y con las dificultades de horarios por sus trabajos y familias. El Prelado le animó a trabajar con orden. Y añadió que no deben perder la esperanza: “Lo que se ha sembrado queda en el alma… y vuelve a salir a flote”.

Con ocasión de la última pregunta que realizó Rosa, escritora, profesora en Vigo y madre de acogida de dos ucranianos, el Prelado pidió rezar por la paz en Ucrania y también por otras guerras que pasan inadvertidas.


Primer día del viaje del Prelado a Galicia, Castilla y León y Asturias

El primer día, 1 de julio, el prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz, ha participado en algunos encuentros en el Colegio Mayor La Estila, obra corporativa del Opus Dei en Santiago de Compostela. Saludó a directivos y padres de algunos colegios y a responsables y familias de las EFAs -Escuelas Familiares Agrarias- de Galicia (As Neves, Fonteboa y Piñeiral), a quienes agradeció vivamente su labor y los detalles que le ofrecieron.

El Prelado recibió a varios directivos de centros educativos

El estrado de la tertulia lucía un mural con dibujos santiagueses como la fachada de la catedral, la del hostal de los Reyes Católicos, la esquina y acera del propio Colegio Mayor, además del perfil de la imagen del apóstol Santiago. Se trataba, pese a la multitud, de una reunión familiar. El encuentro estuvo presentado por Adrianey. Mons. Ocáriz, meditando en la liturgia del día, animó a los asistentes a considerar la necesidad -”el hambre de Dios”- que tienen tantas personas.

A Arturo -periodista jubilado pero muy activo, que le contó diversas iniciativas de comunicación-, el Prelado le recordó que el espíritu joven se mantiene con proyectos y buscando la presencia de Dios en todo momento.

Giancarlo relató su historia a Mons. Fernando Ocáriz

Un joven que frecuenta el Colegio Mayor La Estila, Giancarlo, estudiante de medicina de origen venezolano, le contó al Prelado su historia: emigró a España con sus padres por las dificultades que vivían en su país. Decidió cursar la carrera en Santiago, a donde vino a vivir toda la familia. Contactó con La Estila y el ambiente humano le llevó a sacar un buen rendimiento en el estudio. Empezó a participar en las actividades que le ofrecía el Colegio y, con el tiempo, solicitó ser admitido como supernumerario del Opus Dei.

José Luis, un padre de familia que coordina las actividades de un club juvenil, le pidió consejo sobre qué medios podía poner para implicar más a otros padres. Don Fernando le recordó la importancia de la amistad profunda con todos ellos, sean cuales sean sus formas de pensar y sus actitudes. La amistad, dijo, lo arregla todo.

Adrianey presentando a Ovidio, un ganadero de una localidad gallega

En un momento determinado de la tertulia, Adrianey presentó a Ovidio, de Monterroso, que se dedica a la cría de ovejas y cabras. Hace pocos días ha sido galardonado con dos premios por los mejores ejemplares de raza gallega. Ovidio ofreció al Padre esos reconocimientos en medio del aplauso general.

Antes de terminar el encuentro, Mons. Ocáriz animó a todos a rezar mucho por el Papa y a seguir sus enseñanzas, porque la labor que tiene es muy dura y no le faltan incomprensiones.