Ayer mientras trabajaba, tenía las llaves encima de la mesa. Al mover algo, oí que se caían. El local era pequeño y sin muebles, miré por todo el suelo y no las encontré, miré en una bolsa que tenía al lado, tampoco estaban.
Alguien me dijo: ‘pídeselo a Dora’. Recé la oración de la estampa esta mañana y pedí a otra persona que también la rezara. Volví a mirar en la bolsa de nuevo, aunque estaba segura de haberla mirado bien varias veces, y ¡oh, sorpresa!… cayeron al suelo.
Estoy muy agradecida, y deseo que mi relato ayude a otras personas a confiar en su intercesión.
X. (España)