La verdadera historia del niño que se cayó en una piscina en la beatificación
En los días previos a la beatificación de Mons. Álvaro del Portillo, corría como la pólvora entre los peregrinos la historia de Francisco Villa Corta, un niño peruano de poco más de un año que acababa de llegar a Madrid y se debatía entre la vida y la muerte, después de caer accidentalmente en una piscina.
Historias mínimas de la beatificación de Álvaro del Portillo
Hace un mes, miles de personas de todo el mundo se concentraron en Valdebebas para participar en la beatificación de don Álvaro. Un mes después, se consolidan las historias. Aquél 27 de septiembre, tomamos el micrófono y nos encontramos con la variedad y la diversidad con nombres y apellidos.
"Le pido por los imposibles que tengo entre manos"
Joaquín Romero recuerda a don Álvaro como una persona "que conseguía imposibles". Joaquín, que padece esclerosis múltiple, reza cada día la oración por la intercesión del beato Álvaro y le pide mantener el optimismo y la afabilidad de una sonrisa aún viendo la evolución de su enfermedad. A veces esos imposibles son los amigos que están muy alejados de Dios.
Viajeros libres: historias de la beatificación
La Tierra: un mundo sin fronteras, una casa para todos, sin superioridad de razas, sin desequilibrios Norte-Sur, sin barreras generacionales ni físicas, en perfecta ecología humana. Utópico, ¿no? Pues en Valdebebas lo vivimos este fin de semana, en la Beatificación de Álvaro del Portillo. Y así lo cuentan las personas a las que nos acercamos. Bueno, cada cual lo hace a su manera pero todos dicen ¡Gracias! con la misma alegría desbordante y contagiosa.
"Para mí don Álvaro es una gran sonrisa y una gran paz"
Me llamo Francien, soy de Holanda y trabajo como empleada de hogar.
"Ir a la beatificación es ya un milagro: ¡nos tocó un viaje de avión en una rifa!"
Me llamo Rhonda Wood, soy franco-canadiense y tengo 61 años. Soy miembro del Opus Dei desde hace 20 años. Trabajo como funcionaria del gobierno y soy presidenta de una asociación caritativa en Toronto.
“Recuerdo el carácter cálido y sereno de don Álvaro”
Austine Omeno Odhiamo, soy keniano y vivo en Nairobi. Trabajo en el Eastlands Project, una iniciativa del Opus Dei en Kenia para dar formación a empresarios de modo que puedan gestionar mejor su empresa.
“Don Álvaro es un gigante espiritual a la vez que un padre muy cercano y amigo”
Me llamo Alex Havard, soy periodista, francés, y trabajo en Moscú.
“Don Álvaro es mi copiloto”
Me llamo Rosa Falero, tengo 50 años, soy uruguaya, de Montevideo, estoy casada con Roberto hace veinticuatro años y tenemos 7 hijos. Trabajo como madre primero, luego comparto la profesión de arquitecta en una oficina pública y en el Estudio que tenemos en casa.
Un ingeniero amigo de zapateros
Jaime y Alejandro son padre e hijo y regentan en Castellón de la Plana un negocio familiar de reparación de calzado y duplicado de llaves y mandos de automóvil. Hace unos años les hablaron de la devoción a Álvaro del Portilllo y desde entonces -como ellos dicen-, "está con nosotros en todo momento, las 24 horas del día".