«Conocerle y conocerte». La oración personal, lugar de encuentro con el Dios cercano
Libro con doce contribuciones de otros tantos autores, que forman un itinerario para caminar junto a Jesús y llegar a contemplar a Dios en nuestra vida ordinaria. También está disponible en formato audio.
Conocerle y conocerte (XIII): No se discurre, ¡se mira!
La oración contemplativa desarrolla una nueva manera de mirar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Es un don que satisface nuestro deseo natural de unirnos a Dios en las circunstancias más diversas.
Conocerle y conocerte (XII): Almas de oración litúrgica
Algunas consideraciones de san Josemaría que nos puede ayudar a unirnos más a Dios y a la Iglesia en las distintas acciones litúrgicas.
Conocerle y conocerte (XI): Sois una carta de Cristo
La relación con Dios en nuestra oración está íntimamente unida a todas nuestras acciones en la vida cotidiana. Lo señaló Jesús en su predicación y lo recordaba siempre san Josemaría.
Conocerle y conocerte (X): Jesús está muy cerca
San Josemaría hablaba de un "quid divinum" -algo divino- que podemos descubrir a nuestro alrededor y en las cosas que hacemos. Entonces, se nos abre una nueva dimensión en la que compartimos todo con Dios.
Conocerle y conocerte (IX): No temas, que yo estoy contigo
A lo largo de nuestra vida de oración también aparecerán dificultades o dudas. Hay muchas razones para pensar que en esos momentos Dios está especialmente cerca.
Conocerle y conocerte (VIII): En el tiempo oportuno
Dios nos hace experimentar nuestra oración de la manera que más nos conviene en cada momento. Santa Isabel es un testimonio de cómo la paciencia y la constancia se transforman en una plena alegría.
Conocerle y conocerte (VII): Buscando la conexión
Las palabras que utilizaba san Josemaría al iniciar o terminar su oración pueden también servirnos de guía para la nuestra.
Conocerle y conocerte (VI): Un lenguaje más poderoso
Dios habla en voz baja, pero constantemente; en la Sagrada Escritura -especialmente en los Evangelios- y también a través de nuestro interior.
Conocerle y conocerte (V): Cómo nos habla Dios
El lenguaje de la oración es misterioso: no podemos controlarlo pero, poco a poco, experimentamos que cambia nuestro corazón.