África en el corazón de san Josemaría
Monseñor Álvaro del Portillo, que llevaba África en el corazón, cuenta cómo san Josemaría decidió que el trabajo del Opus Dei en ese continente empezara en Kenia.
El trabajo del Papa
Juan Pablo II se entregaba totalmente a la misión que Dios le había encomendado. Una anécdota contada por Mons. Álvaro del Portillo lo ilustra muy bien.
La Virgen intercede por nosotros
Estando en México, Mons. Álvaro del Portillo habló sobre el poder de intercesión de la Virgen María, "la Madrecita buena de Dios".
Contexto histórico-eclesial de Mons. Álvaro del Portillo (1935-1994)
Texto facilitado por Josep-Ignasi Saranyana de la conferencia que pronunció el 27 de marzo de 2014 en la Universitat Internacional de Catalunya (UIC) con motivo del centenario del nacimiento de Álvaro del Portillo.
Portadores de Cristo
Durante un viaje a Estados Unidos, Monseñor del Portillo explicó que el cristiano debe ser portador de Cristo y que, para lograrlo, necesita estar cerca de Dios.
María es el mejor camino para obtener una contrición que nos limpie
María es "es el mejor camino para obtener una contrición que nos limpie y nos apriete al corazón de Cristo, más íntimamente de lo que estábamos antes de cada tropiezo", aconseja Álvaro del Portillo.
Cuaresma: un hondo sentido de reparación
"Vamos a dar a nuestra mortificación y a nuestra penitencia –que han de ser más intensas en este período de Cuaresma- un hondo sentido de reparación", aconseja don Álvaro.
Toni y la enfermedad
Recuerdos sobre el modo en que Toni Zwifel vivió los últimos años de su vida. En 1985, ya enfermo de cáncer, escribía: «El único mal es el pecado». Dio la vuelta a su enfermedad, a la que llamaba «una historia de amor».
Sembradores de paz y de alegría
Los cristianos hemos de llevar la paz de Cristo a todas las personas, comenta don Álvaro (45'').
"Álvaro del Portillo defendía la libertad de todos"
El catedrático de Economía Antonio Argandoña destacó, en la conferencia que impartió el pasado jueves en el Aula de Teología del Oratorio de Bonaigua en Barcelona, que don Álvaro "se volcó en la tarea de recristianización, con un espíritu lleno de respeto hacia los demás".