Retiro de julio #DesdeCasa (2024)

Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.

Retiro mensual de julio publicado en la página web del Opus Dei.

Descarga el retiro mensual #DesdeCasa (PDF).
1. Introducción. Mirarnos a la luz de Dios para ser coherentes en nuestra vida.
2. Meditación I. La parábola del fariseo y el publicano.
3. Meditación II. Marta y María: la unidad de vida.
4. Charla.
5. Lectura espiritual.
6. Examen de conciencia.


Introducción. Mirarnos a la luz de Dios para ser coherentes en nuestra vida

La historia bíblica narra el episodio de los judíos obligados por un decreto del rey a comer carnes sacrificadas a los ídolos. Cuando es el turno de Eleazar, que era un anciano de noventa años muy estimado por todos y con autoridad, los oficiales del rey le aconsejan que haga una simulación, es decir que finja comer la carne sin hacerlo realmente. Estos le dicen: “pero haz un poco el hipócrita, nadie se dará cuenta”. Así Eleazar se habría salvado. Después de todo —insistían— se trataba de un gesto mínimo, fingir comer pero no comer, un gesto insignificante.

Es poca cosa, pero la respuesta tranquila y firme de Eleazar se basa en un argumento que nos llama la atención. El punto central es este: deshonrar la fe en la vejez, para ganar unos cuantos días, no es comparable con la herencia que esta debe dejar a los jóvenes, a enteras generaciones futuras. ¡Qué bueno este Eleazar! Un anciano que ha vivido en la coherencia de la propia fe durante toda la vida, si ahora se adapta a fingir, condena a la nueva generación a pensar que toda la fe haya sido una ficción, una cubierta exterior que se puede abandonar pensando que se puede conservar en la propia intimidad. Y no es así, dice Eleazar. Tal comportamiento no honra la fe, ni siquiera frente a Dios. Y el efecto de esta banalización exterior será devastador para la interioridad de los jóvenes. ¡La coherencia de este hombre que piensa en los jóvenes, piensa en la herencia futura, piensa en su pueblo!

En muchas tendencias de nuestra sociedad y de nuestra cultura, la práctica de la fe sufre una representación negativa, a veces en forma de ironía cultural, a veces con una marginación oculta. (…) La fe merece respeto y honor hasta el final: nos ha cambiado la vida, nos ha purificado la mente, nos ha enseñado la adoración de Dios y el amor del prójimo. ¡Es una bendición para todos! Pero toda la fe, no una parte. No cambiaremos la fe por unos cuantos días tranquilos, sino que haremos como Eleazar, coherente hasta el final, hasta el martirio. Creer en el Espíritu Santo, que hace nuevas todas las cosas, y Él con gusto nos ayudará.

Papa Francisco, Audiencia general del 4 de mayo de 2022, de las Catequesis sobre la ancianidad.

Primera meditación

Opción 1. Meditación: La parábola del fariseo y el publicano.

Opción 2. Texto para la vida cristiana: «Como en una película: Más allá de la trama».

Segunda meditación

Opción 1. Meditación: Marta y María: la unidad de vida.

Opción 2. "Unidad de vida", voz del Diccionario de san Josemaría.

Charla

Formación de la personalidad: formar el carácter en la virtud.

Construir y desarrollar el propio carácter. Forjar un carácter que no solo aspire a la excelencia personal, sino también a un compromiso profundo con los valores cristianos de amor, servicio y verdad. Un carácter que sea auténticamente humano y profundamente cristiano.

Lectura

Coherencia cristiana en el propio hogar: las características del amor verdadero. Papa Francisco. Nuestro amor cotidiano, en Ex. Ap. Amoris Laetitia, (nn. 90-119)

Examen de conciencia

Acto de presencia de Dios.

Consiste en ponernos bajo su mirada amorosa que nos acompaña y protege. Invocamos al Espíritu Santo para entender cómo hacer nuestra vida más grata a Jesús.

1. «El publicano, quedándose lejos, ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh Dios, ten compasión de mí, que soy un pecador”» (Lc 18, 13). ¿Qué actitud tengo al dirigirme al Señor? ¿Fomento el dolor de amor y el agradecimiento?

2. «El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres”» (Lc 18, 11). ¿El conocimiento de Dios y de mí mismo me lleva a ver a los demás con comprensión y sin superioridad? ¿Procuro aprender de todos y, en primer lugar, de mi cónyuge, de mis hijos, de las personas más cercanas?

3. «Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido» (Lc 18, 14). Cuando me pongo en la presencia de Dios y reconozco la verdad sobre mí, ¿considero que la misericordia de Dios cura mis faltas y fortalece aquello que es más débil?

4. San Josemaría, al contemplar la vida de Marta y María, nos enseñaba: «Trabajemos, y trabajemos mucho y bien, sin olvidar que nuestra mejor arma es la oración. Por eso, no me canso de repetir que hemos de ser almas contemplativas en medio del mundo, que procuran convertir su trabajo en oración» (Surco, n. 497).

5. ¿De qué manera mi día a día, mi trabajo, mis pensamientos, mi carácter, mis obras… son coherentes con mi fe?

6. ¿Es mi familia mi prioridad? ¿Hablo con frecuencia con mi cónyuge para tratar de compaginar el trabajo de ambos con la dedicación de los dos a la familia?

7. «Mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación» (2 Co 6, 2). ¿Me ayuda a vivir en el «¡hoy, ahora!» la consideración de que es en el presente donde el Señor me espera?

Acto de contrición.