«Guadalupe fue un ejemplo de cómo afrontar la enfermedad; algo que nos va a tocar a todos»

Guadalupe Ortiz de Landázuri falleció en la Clínica Universidad de Navarra el 16 de julio de 1975, como consecuencia de las complicaciones surgidas tras someterse a una operación de corazón. Durante años convivió con las limitaciones de una estenosis en la válvula mitral. Un coloquio celebrado en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra sirvió hace unos días para recordar cómo lidió la futura beata con su enfermedad.

El doctor Joaquín Barba, cardiólogo de la Clínica Universidad de Navarra, explicó cuál era el cuadro médico de Guadalupe, derivado de unas fiebres reumáticas sufridas durante su infancia en Marruecos, y destacó la naturalidad con la que sobrellevó la fatiga, los ahogos y otros síntomas de su enfermedad, que suelen condicionar enormemente a quienes la padecen.“Guadalupe es un ejemplo de cómo afrontar la enfermedad; algo que tarde o temprano nos va a tocar hacer a todos”, subrayó el doctor Barba.

La hermana del doctor Eduardo Ortiz de Landázuri, uno de los primeros médicos de la Clínica, nunca dio importancia a su enfermedad. Se sobreponía a las molestias y llevaba un ritmo de vida muy por encima del habitual en este tipo de enfermos.

Guadalupe llamó la atención por su agradecimiento y docilidad a las indicaciones que le hacían los médicos

Durante su ingreso, Guadalupe llamó la atención por su agradecimiento y docilidad a las indicaciones que le hacían los médicos, y su preocupación por las personas que la atendían, su alegría y la serenidad que mantuvo en todo momento.

Por su parte el catedrático de Historia de la Universidad de Navarra, Pablo Pérez, destacó la atrayente y al mismo tiempo “normal” figura de Guadalupe en el contexto de su época. Junto a su entereza al afrontar momentos muy duros y convulsos, como el fusilamiento de su padre, llama la atención su sencillez y capacidad de sobreponerse incluso ante sus propios errores y defectos, que no le causaban pesar, y que contaba con total normalidad.

Con toda naturalidad, Guadalupe comenzó a hacer cosas para las que no estaba preparada ni tenía conocimientos, como poner en marcha los servicios de la administración de un colegio mayor en Bilbao, dirigir un colegio mayor en Madrid o marchar a México y levantar allí una antigua hacienda azucarera arrasada hasta convertirla en un centro de formación para las campesinas.

“Cuando uno mira una vida como ésta, te dan más ganas de vivir”, afirmó Pablo Pérez

Guadalupe se convirtió en un gran apoyo para el fundador del Opus Dei, tanto en los comienzos de esta institución en España como en los inicios en México. Y ello pudo ser gracias a su relación con Jesucristo y a la confianza que tenía en San Josemaría.

Fue precisamente su enfermedad lo que la obligó a volver a España y a rehacer su vida profesional. Fue entonces cuando retomó la tesis doctoral y se dedicó a la docencia y a numerosas iniciativas de formación cristiana y apostolado. “Cuando uno mira una vida como ésta, te dan más ganas de vivir. Y entiendes por qué la Iglesia les llama bienaventurados o beatos a estas personas”, concluyó Pablo Pérez.

Descubriendo a Guadalupe

En el coloquio intervino también la directora del documental ‘Guadalupe’, María Villarino, quien confesó que la vida de la futura beata había supuesto para ella un gran descubrimiento. “Una de las cosas que más me llamó la atención al acercarme a la vida de Guadalupe fue descubrir que era una mujer llena de gente, llena de amigas, que supo mantener y cuidar a lo largo de su vida, a pesar de las idas y venidas, en una época en la que las comunicaciones no son como ahora”, apuntó Villarino.

“Una de las cosas que más me llamó la atención al acercarme a la vida de Guadalupe fue descubrir que era una mujer llena de gente, llena de amigas, que supo mantener y cuidar a lo largo de su vida”, apuntó Villarino

“La Iglesia pone el foco en la vida de una persona, y la propone como ejemplo a seguir, señalando a los cristianos que así se puede ser santo. Invitándonos a seguir sus pasos, a imitarla. Y eso es Guadalupe”, consideró.