Trabajo en el sector servicios (cocina). Ayer se nos estropeó la nevera, con lo que esto supone. Teníamos poco personal y falta de tiempo, y al estar casi a final de mes, el coste del arreglo iba a ser desorbitado, así que puse todos los medios humanos que sabía y acudí a mi compañera de trabajo, porque para mí es una más en mi equipo y le dije: Dora esto está en tus manos, tu verás si lo puedes arreglar, yo creo que sí. Recé alguna estampa, no terminé la novena cuando oí como el motor se ponía en funcionamiento después de estar toda la mañana apagado.
Hoy he vuelto al trabajo, ahí estaba la nevera, tan fresquita como siempre. Gracias, Dora por enseñarme el valor de lo pequeño.
A. M. O. (España)