“Hay pobres que realmente son ricos. Y al revés”

No lo olvides: aquel tiene más que necesita menos. -No te crees necesidades. (Camino, 630)

Despégate de los bienes del mundo. -Ama y practica la pobreza de espíritu: conténtate con lo que basta para pasar la vida sobria y templadamente.

-Si no, nunca serás apóstol. (Camino, 631)

No consiste la verdadera pobreza en no tener, sino en estar desprendido: en renunciar voluntariamente al dominio sobre las cosas.

-Por eso hay pobres que realmente son ricos. Y al revés. (Camino, 632)

No tienes espíritu de pobreza si, puesto a escoger de modo que la elección pase inadvertida, no escoges para ti lo peor. (Camino, 635)

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